Los ataques con ácido a mujeres en Irán generan las mayores protestas en las calles desde el 2009
INTERNACIONAL
El Gobierno ha tomado medidas para aplacar la tensión: duras condenas a los ataques, prohibición de manifestarse y control exhaustivo de los medios de comunicación
29 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Los ataques con ácido a mujeres en la turística ciudad de Isfahán han generado unas protestas que no se veían en Irán desde el 2009, tras la reelección del entonces presidente Mahmud Ahmadineyad, y han disparado las alarmas sobre la intolerancia de los radicales al atuendo de las iraníes.
La gravedad de la situación, con cuatro agredidas en el último mes, según la policía, y más de una decena, según activistas sociales, ha provocado una enorme alarma social y ha sacado a la gente a la calle en protestas promovidas en las redes sociales que las fuerzas de seguridad se han esforzado en reprimir. «El sábado, en la plaza de Fatemí (en Teherán, donde está la sede del Ministerio de Interior), había miles y miles de policías, agentes de la inteligencia, de paisano y decenas de camiones para llevarse a los detenidos», dijo un activista social que pidió no ser identificado. Según él, «las protestas contra el ácido han generado mucho miedo a las autoridades. No se veía este despliegue de fuerzas y este ambiente en las calles desde el 2009».
El Gobierno ha tomado medidas para aplacar la tensión: duras condenas a los ataques, prohibición de manifestarse y control exhaustivo de los medios de comunicación (con la detención al menos de un fotógrafo y varios internautas y control de los contenidos) para impedir que se extienda la ira. El sábado fueron arrestadas 40 personas que acudieron a la manifestación, entre ellas la reconocida abogada y activista Nasrin Sotoudeh, que permaneció arrestada siete horas.
La indignación ha hecho hervir la sangre a muchos, en especial a defensores de los derechos de las mujeres, sobre todo por el convencimiento general de que están relacionados con las campañas para «preservar la moral y rechazar el vicio». Precisamente, en las últimas semanas el conservador Parlamento debate una ley que tiene como objeto proteger a quienes se dediquen a amonestar por la calle a las mujeres que consideren que no van suficientemente bien cubiertas.
Este verano se multiplicaron las protestas de los más extremistas exigiendo al Gobierno y la Policía que tome medidas contra las mujeres que llevan «un mal hiyab», es decir, excesivo maquillaje, el cabello o los antebrazos ligeramente descubiertos o el cuerpo tapado pero con una vestimenta demasiado ajustada que marca sus formas.