Afines y rivales alertan del efecto impredecible de la injerencia de la canciller
05 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Le llovieron las críticas ayer a Angela Merkel tras la filtración de la cancillería alemana sobre la posible salida del euro de Grecia si, como apuntan las encuestas, Syriza llega al Gobierno tras los comicios del 25 de enero y, como adelantó su líder, Alexis Tsipras, suspende el programa de reformas impuesto por la troika. Bernd Riexinger, presidente del partido alemán La Izquierda, acusó al Ejecutivo de extorsión y de intentar desestabilizar intencionadamente al país mediterráneo antes de las elecciones generales. «Con esta indiscreción, Merkel lanza una bomba que puede hacer escalar la crisis y desatar un verdadero asalto a los bancos. Es un chantaje», advirtió el líder opositor al diario económico Handelsblatt.
El artículo publicado el sábado por Der Spiegel en el que, citando «círculos del Gobierno», se sostenía que tanto la canciller alemana como el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ven viable la salida de Grecia de la eurozona sin que ello suponga un riesgo de contagio a otros países, provocó la reacción contraria del economista Peter Bofinger, uno de los «cinco sabios» que asesoran a Merkel. «Un paso de este tipo traería aparejados riesgos elevados para la estabilidad», afirmó Bofinger, que alertó de consecuencias impredecibles. «Se estaría dejando salir de la botella a un genio difícil de controlar», subrayó. En la misma línea se pronunciaron un dirigente de la propia CDU que aseguró que «si sale del euro, Grecia no podría pagar sus deudas y Alemania se quedaría con una parte importante de la carga», y el portavoz del Partido Socialdemócrata, Carsten Schneider, para quien el desmarque griego sería «muy peligroso».
Entretanto, el diario Die Welt, próximo a los conservadores, alertaba de los efectos perversos que podrían derivarse de la injerencia de la canciller. «El Gobierno se mete directamente en la campaña griega y esta amenaza podría aumentar el descontento con Alemania en Grecia y ayudar a Tsipras en su campaña», subrayó el rotativo.
Acosado por las críticas, Berlín ni confirmó ni desmintió las informaciones vertidas por Der Spiegel y difundió por toda reacción una declaración del portavoz adjunto Georg Streiter en la que se recoge que «Grecia cumplió sus obligaciones en el pasado y el Gobierno alemán parte de la base de que va a seguir cumpliendo en el futuro».
Aceptar que Grecia abandone las reformas, como ha prometido Tsipras en la presentación del programa electoral, podría favorecer que los movimientos y partidos contrarios a las políticas de ajuste cobren auge en otros países. Der Spiegel cita a un experto del Gobierno que dice que hacer concesiones a Atenas podría desestabilizar a otros Estados, entre ellos España. «Desde el Frente Nacional en Francia hasta Podemos en España o Beppe Grillo en Italia, todos los radicales tendrían viento a favor en caso de que en Grecia un gobierno antirreformas o antiEuropa se imponga», sostiene la revista, una de las más influyentes de Alemania, apoyándose en la opinión de un experto al que no identifica.