El desaire al presidente ruso, ha molestado profundamente a una nación que se siente orgullosa de su victoria sobre Hitler
27 ene 2015 . Actualizado a las 15:46 h.La indignación en Rusia con Polonia, y en general con Occidente es grande. Hace 70 años, el Ejército Rojo liberó el campo de concentración de Auschwitz en la Polonia ocupada por la Alemania nazi. Sin embargo, a diferencia del 60 aniversario, el presidente ruso no ha sido invitado esta vez a la ceremonia conmemorativa. El desaire a Vladimir Putin, ha molestado profundamente a una nación que se siente orgullosa de su victoria sobre Hitler. Más aún: El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Grzegorz Schetyna, desató una ola de críticas afirmando que el campo de exterminio había sido liberado por ucranianos.
«El intento de jugar en esta situación con sentimientos nacionalistas es absolutamente criminal y cínico», replicó el ministro ruso de Relaciones Exteriores. «El Ejército Rojo liberó Auschwitz. En él servían rusos, ucranianos, chechenos, georgianos, tártaros y otros muchos soldados», subrayó el jefe de la diplomacia rusa hace algunos días en Berlín. Sin embargo, a la sombra del conflicto de Ucrania, Rusia no solo se queja de que Occidente la haya puesto en la picota como «agresor», sino también de que le niegue sus méritos históricos. Moscú acusa sobre todo al gobierno de Ucrania, apoyado por la Unión Europea, de usar esta crisis, la más grave desde el fin de la Guerra Fría, para una tergiversación de la historia. Mañana martes, unos 300 supervivientes de Auschwitz (los últimos que quedan con vida) regresarán al lugar donde vivieron uno de los peores horrores de la humanidad. Junto a ellos estarán representantes de más de 40 países, entre ellos, el presidente del Congreso de España, Jesús Posada.