Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Capriles alerta de que Maduro es capaz de suspender las elecciones

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FEDERICO PARRA

«Quiere que los venezolanos caigan en la trampa de la violencia», afirma

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se cumplen dos años de la muerte de Hugo Chávez, uno de los peligros en Venezuela es que su sucesor, Nicolás Maduro, es capaz de suspender las elecciones parlamentarias, que todavía no tienen fecha pero están previstas para fines de año.

Así lo señaló el líder opositor Henrique Capriles, quien comentó que «nunca el Gobierno había estado tan mal en las encuestas. ¿Qué hace entonces? Enreda el juego, [?] quiere que los venezolanos caigan en la trampa de la violencia, para impedir las elecciones».

La muerte del «hombre fuerte» de la llamada revolución bolivariana dejó el poder en manos de Maduro, que en abril cumplirá dos años como presidente, tras ganar unas controvertidas elecciones a Capriles. Maduro ha mantenido el modelo socialista de Chávez, e incluso ha profundizado en él, pero también ha ido apuntalando el autoritarismo, tras el encarcelamiento de líderes opositores como Leopoldo López, en el 2014, y, hace pocas semanas, el alcalde mayor de Caracas, Antonio Ledezma.

Un informe destacaba a principios de semana que con Maduro han sido encarcelados, en menos de dos años, 96 presos políticos, frente a los 195 de su predecesor en 14 años de gestión. Jesús Torrealba, secretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, cree que Maduro buscará «inhabilitar a la dirigencia opositora» para que no pueda participar en las parlamentarias, y llamó a los venezolanos a «no caer en la violencia, el único escenario donde el chavismo tiene ventaja».

Conmemoraciones

El chavismo conmemorará el aniversario con un acto donde está enterrado su líder, el cuartel de Caracas en el que se resguardó mientras daba un golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992. Además, habrá actos culturales y concentraciones a lo largo de todo el fin de semana.

A pesar de las críticas desde fuera y dentro del país, desde la oposición y desde el propio chavismo, Maduro considera que ha «honrado el legado de Chávez». «En dos años hemos demostrado que se puede seguir teniendo patria, aquí estamos de pie, pese a que nunca pensamos que tendríamos que enfrentar la desaparición física del comandante».

El sucesor empeora la herencia de Chávez

Con un liderazgo dividido, en plena crisis económica y a las puertas de la conmoción social, el modelo que Hugo Chávez dejaba huérfano hace hoy dos años está en plena decadencia. El férreo control que sus herederos tienen de Venezuela impide aventurar que sus días estén contados, pero Nicolás Maduro, que asumió el poder hace 23 meses, llevó al chavismo a ser minoritario.

En diciembre del 2012, cuando Chávez dejó definitivamente el poder, el 44 % de los venezolanos se identificaban con su movimiento político. Las últimas encuestas dejan esa cifra en un 22 %, según el analista John Magdaleno. Más aún, Datanálisis publicó el mes pasado que solo un 17 % de los encuestados votarían por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La popularidad del propio Maduro se situaba en el 18 % y en el chavismo ningún otro líder alcanza los dos dígitos, mientras que tanto Leopoldo López, a pesar de llevar un año en la cárcel, como Capriles se acerca al 40 %.

Y, si en lo político el cambio es sustancial, en lo económico no lo es menos. Venezuela creció en el 2012, pero se contrajo el año pasado y la expectativa para este, según el Fondo Monetario Internacional, es que la retraimiento sea del 7 %. Y la inflación, del 30 % en el 2012, alcanzará los tres dígitos este año.

Jorge Giordani, exministro de Planificación durante casi los 14 años de Gobierno de Chávez, escribió que en el 2012 el presidente permitió un déficit fiscal de 20 puntos para lograr su reelección. El economista Orlando Ochoa achaca al enorme gasto público los balances negativos de Chávez, aumentado en el 2012, y señala que a Maduro le toca ahora saldar la deuda.

Chavistas, no «maduristas»

Pero quizás las mayores diferencias están en lo social. Chávez presentaba la reducción del índice de pobreza (25 % en su último año) como uno de sus grandes logros. En el 2013, el admitido por el Gobierno ante la Comisión Económica para América Latina y el Caribe era del 37 % de la población, el mismo de 1999; y en el 2014, según un estudio realizado por las tres universidades de Caracas, casi la mitad de los venezolanos son pobres.

Por eso la mayoría de los vecinos de las barriadas populares de Caracas aún son chavistas, pero no maduristas: «Ese señor sí sabía cómo manejar el país», dice un mecánico a AFP. Creen que Maduro, aunque tomó decisiones «erradas», tiene «buenas intenciones» porque sigue la línea de su predecesor. Y por eso creen que la oposición no ganará las próximas elecciones. «Ahora en cada sector hay un módulo de salud, donde uno llama al médico a cualquier hora y él nos visita en casa; es algo que cambió antes de que (Chávez) partiera», dice otra chavista convencida. Maduro garantizó la continuidad de esos programas.

La presencia de Chávez en estos barrios es constante en pancartas, banderas y murales del «comandante supremo». «Ahorita estoy viendo esto como mal, no es igual a cuando estaba el delegado [Chávez]. Vemos las colas para comprar, la escasez, todo eso», opina una tendera. Para un comerciante que habló con Efe, «cuando estaba el señor Chávez sí se veía que se estaba haciendo algo por el país», pero con Maduro el país «no está bien».