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Nepal sufre su peor seísmo en 80 años

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer balance deja 1.500 muertos, pero hay cientos de atrapados en los escombros

26 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Eran las 11.56 hora local (8.11 en España), cuando Nepal se vio sacudido ayer por el peor seísmo en 81 años. El país del Himalaya sufrió un devastador terremoto de magnitud 7,8 en la escala Richter. El primer balance oficial de muertos es de casi 1.500, pero se da por descontado que seguirán aumentando ante los centenares de personas que se teme estén atrapadas entre los escombros. También los heridos suman miles. El movimiento telúrico llegó hasta las cumbre del Everest, donde una avalancha sepultó a al menos dieciocho montañeros extranjeros y sherpas, y también afectó a la India, el Tíbet, Bangladés y Pakistán. La comunidad internacional comenzó a movilizarse para ayudar en el rescate y la atención a las víctimas, mientras el Gobierno de Nepal declaraba el estado de emergencia.

La mayor parte de los 1.457 muertos contabilizados por el Gobierno tuvieron lugar en el valle entre Katmandú y Pokhara, donde se localizó el epicentro del seísmo. La situación era desoladora en la capital del país donde viven más de un millón y medio de personas. El objetivo era encontrar supervivientes entre los restos de los deteriorados edificios que poblaban la ciudad.

«Estamos intentando sacar a la gente que está enterrada entre los escombros», declaraba ayer a la agencia alemana DPA Sudip Budhathoki, que se ofreció como voluntario en las labores de rescate en uno de los barrios antiguos de Katmandú. «Algunos turistas también están ayudando», añadió.

Cierre del aeropuerto

La ciudad como cada sábado estaba llena de nepalíes que se habían acercado a los centros comerciales y de los habituales turistas, que ahora no pueden salir del país tras el cierre temporal del aeropuerto de Katmandú.

Una responsable de la Embajada de Holanda, Kari Cuelenaere, contó que el seísmo vació or completo la piscina del hotel donde celebraban la fiesta nacional holandesa.

Templos y monumentos han quedado reducidos a la nada, incluidos la plaza Durbar y la torre Dharahara, declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. La histórica torre, también conocida por el nombre de Bhimsen, no resistió las sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo dejando a personas atrapadas. Un fotógrafo de la AFP vio cómo retiraban doce cuerpos de entre las ruinas de la torre, mientras seguían trabajando los equipos de rescate. «Los muros de las casas se han caído. Todas las familias están en el patio, acurrucadas unas contra las otras, los temblores continúan», constató el corresponsal de AFP en Katmandú. Según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos, tras el seísmo se registraron dieciséis réplicas de entre 4,2 y 6,6 grados de magnitud.

No hay noticias de la situación de los 200.000 habitantes de Pokhara, centro turístico por ser punto de partida de las excursiones a la cima del Annapurna, ni de los pueblos más cercanos al epicentro. El seísmo dejó medio centenar de muertos en la India y el Tíbet. En esta región fronteriza de China, al menos 13 personas murieron y multitud de edificios se derrumbaron o resultaron dañados, por lo que Pekín declaró el estado de emergencia.

El seísmo también se sintió en Bangladés, provocando escenas de pánico, como una estampida en una fábrica, que dejó 50 trabajadores heridos.

«Solo rezo para que esto termine»

Katmandú era ayer la imagen de la devastación. Calles agrietadas y llenas de escombros de los edificios caídos, gente sacando a los atrapados de las ruinas, heridos a la espera de ayuda y gente llorando a sus muertos. Había cortes eléctricos y telefónicos. «Todo empezó a temblar. Todo se caía. Las paredes en torno a la vía principal se derrumbaron. Las puertas de los estadios se colapsaron», contaba a la AFP una vecina de la capital Anupa Shrestha. «Mi casa en Ranipauwa, cerca de Katmandú, está totalmente destrozada. Pero al menos estamos vivos», confesaba Puja Lama a la agencia DPA. Anish Chettri, oriundo de Dolakha, cuenta que su pueblo ha quedado destruido por completo.

Las varias réplicas que se sucedieron durante el día obligaron a la gente a seguir en la calle, esperando. «Tenemos mucho miedo de que venga un temblor mayor. ¿Cómo vamos a meternos en algún sitio?», se pregunta Chejum Gurung, una mujer que ha decidido pasar la noche al raso junto a sus vecinos. «Solo rezo para que esto termine». Como ella, muchos montaban sus sacos de dormir al borde de las carreteras, fuera del alcance de los edificios a medio caer.

La gente era asistida en plena calle -los hospitales estaban saturados-, mientras en la plaza Durbar se montaba una campaña espontánea de donación de sangre. En otro punto de la ciudad, el estudiante Shyam Krishna relataba cómo vio desplomarse una iglesia en la que se habían congregado unos 50 fieles. Quienes pueden, trataban de ayudar, pero faltan medios, sobre todo maquinaria pesada. A los voluntarios no les queda otra opción que retirar los pesados escombros con sus propias manos. Google ha puesto a disposición de los usuarios un buscador para compartir y divulgar información sobre los desaparecidos.