Fue la fórmula elegida por el personal del monumento parisino para denunciar el aumento de la inseguridad en el símbolo de la capital gala
27 may 2019 . Actualizado a las 18:12 h.La Torre Eiffel, símbolo de París y uno de sus principales atractivos turísticos, reabrió este viernes sus instalaciones tras haber permanecido cerrada al público durante siete horas debido a una protesta de sus trabajadores contra el «recrudecimiento de la actividad de los carteristas». En un comunicado, la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel celebró «la vuelta a la normalidad de la actividad del monumento», a las 16.30 hora local.
Tras el inicio del paro, a las 09.30, un portavoz de la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE) indicó que el personal estaba «unido de forma general para denunciar el aumento de la inseguridad», pero estimó que no preveía «prolongar la situación» durante varios días. La empresa gestora de este monumento que recibe al público todos los días de las 09.30 hasta las 23.00, informó en la mañana del viernes, al inicio del a protesta, de su «compromiso activo» con la policía para reforzar las medidas de seguridad y velar por la seguridad de personal y visitantes.
Los carteristas suben a la torre «en bandas de 4 ó 5 personas», pero «a veces llegan hasta 30» y suele ocurrir que «se peleen entre ellos», indicó una de los empleadas, agregando que ha habido «agresiones verbales y amenazas», cuando el personal de recepción o de seguridad trata de expulsarlos del monumento. Otro trabajador contó que fue amenazado por un carterista que trató de hacer salir del monumento. «Me dijo: '¿por qué no nos dejas trabajar? Te hemos visto cuando sales de tu trabajo y si sigues así tendrás problemas'», explicó. Los empleados reclaman «garantías formales por parte de la dirección de que van a tomarse medidas eficaces para poner fin a ese azote de que son víctimas diariamente numerosos turistas».
Al pie del monumento, los turistas manifestaban el viernes su decepción durante las siete horas que duró el cierre. «Habíamos reservado los billetes, estamos decepcionados», aseguró Tushar Kardile, residente en Londres que visita París junto con su hermano, que ha venido de la India, y sus hijos. Los empleados «quizás tengan razón», pero «nosotros hubiéramos preferido ser advertidos», lamentó la rusa Elena Sofronova, que viajó a París para celebrar el sexto cumpleaños de su hijo.
No es la primera vez que los empleados de un gran monumento parisino se movilizan contra la presencia de carteristas. En el 2013, el museo del Louvre fue afectado por una huelga de los trabajadores, exasperados por la omnipresencia de carteristas en el salón de recepción. La célebre «dama de hierro», como se le apoda a veces en la capital gala, recibió en el 2014 la visita de 7,09 millones de personas, un 5,3 % más que en el 2013, según sus gestores.