Fenando Reinares: «El EI demuestra que tiene capacidad para coordinar atentados altamente letales»

mariluz ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

BENITO ORDOÑEZ

Ve en Túnez una triste paradoja porque camina hacia la democracia pero es el país del mundo árabe con mayor movilización yihadista

27 jun 2015 . Actualizado a las 19:20 h.

Es una autoridad en el estudio del islamismo radical en España. Fernando Reinares (Logroño, 1960) es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano y catedrático de Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos. Además, forma parte del grupo de expertos en prevención de terrorismo de Naciones Unidas y de la junta del programa de estudios sobre terrorismo de la Universidad de St Andrews.

-¿Cree que los atentados terroristas estaban coordinados?

-El mes pasado el Estado Islámico [EI] hizo un llamamiento a los musulmanes de todo el mundo para que llevaran a cabo actos de terrorismo. Su principal portavoz advirtió hace unos días que se producirían sucesos calamitosos que afectarían a cristianos, chiíes y otros infieles. Estamos ante le evidencia de que el EI cuenta con capacidades y recursos para coordinar atentados terroristas altamente letales en distintos países del mundo con propósitos locales distintos en cada uno: azuzar tensiones sectarias entre chiíes y suníes en Kuwait, quebrar el proceso de democratización en Túnez y atacar Europa.

-Otro ataque en Francia, ¿por qué en este país?

-Hay que destacar que no es el único lugar del mundo occidental donde se han producido atentados recientemente. Recordemos lo ocurrido en Canadá, Australia, Dinamarca... Pero Francia es el país de la UE con mayor número de jóvenes mulsulmanes adheridos al Estado Islámico, el más afectado por la movilización yihadista, y nos preguntamos por qué.

-¿Cómo analiza los atentados de Túnez y Kuwait?

-El ataque de Túnez hay que entenderlo en el contexto de la extensión de la influencia y la presencia del Estado Islámico en el norte de África, desde Egipto hasta Marruecos. Kuwait es un país que forma parte de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico. Los yihadistas del EI tratan de elevar el coste de participar en la Coalición Internacional de los países implicados. También ocurre en el caso de Francia. El EI pugna por mantenerse y consolidarse. Un año después de la declaración del califato ha tenido pérdidas, pero compensadas con otras ganancias. En determinadas áreas ha impuesto su dominio.

-¿Cree que está en peligro el modelo tunecino?

-Túnez es el país del mundo árabe que, tras el inicio de las revueltas antigubernamentales, ha logrado canalizar el proceso político hacia la construcción de un régimen democrático. Hay factores que dificultan su consolidación. Y hay expectativas de la población por los dividendos que puede traer este proceso. Para los yihadistas los Estados democráticos son inaceptables, no son islámicos. Quieren incidir negativamente sobre la industria del turismo tunecino y crear inseguridad y desorden. En el caso de Túnez hay una dramática paradoja. Progresa hacia la democracia, pero es el país del mundo árabe más afectado por la movilización yihadista. Miles de tunecinos han abandonado Túnez para ir a Siria e Irak. Eso es un indicador de la extensión de salafismo, que ha empezado a ser contrarrestada por parte de las autoridades solo de forma reciente con medidas para prevenir la radicalización de los jóvenes.

-¿Ha tomado el EI el relevo de Al Qaida al frente del terrorismo yihadista?

-En cuanto a la movilización yihadista, el EI obtiene mejores resultados y ha logrado la fusión de organizaciones muy activas y altamente letales, como Boko Haram. El EI busca la hegemonía dentro del yihadismo global, aspira a un Califato panislámico y a imponer su visión del Islam. Pero Al Qaida existe desde 1988 y ha acumulado organizaciones afines. Conserva importantes aliados en Pakistán y Afganistán, mantiene ramas territoriales, como en sucede en el Yemen o en el Magreb y cuenta con la lealtad de Al Shabab en el Este de África.

«Al Qaida y el EI llevan en su seno la semilla de la cooperación»

-¿Hay rivalidad entre el Estado Islámico y Al Qaida?

-Existe rivalidad y ese hecho siempre se subraya. Pero también me gustaría poner énfasis en la eventualidad de una cooperación, en que se estén desarrollando circunstancias que vayan encaminadas más hacia la cooperación y coordinación. De hecho, grupos relacionados con Al Qaida y el EI han operado juntos en países como el Líbano. Y tenemos el ejemplo de los atentados de París esta mismo año, con individuos afines al EI y otros a la rama yemení de Al Qaida. Coyunturalmente podemos estar ante un proceso de competición, pero estar organizaciones llevan en su seno la semilla de una coordinación.

«No debemos relacionar el terrorismo con la pobreza o la marginación»

Fernando Reinares no consiente que se plantee que el auge del yihadismo en Europa tenga su caldo de cultivo en problemas de integración o de discriminación de ciudadanos musulmanes. Al catedrático riojano le parece una conclusión totalmente equivocada.

-Los perfiles demográficos de los terroristas yihadistas que han actuado en Europa revelan que hay casos muy diferentes. Tenemos a jóvenes que han estudiado medicina, a descendientes de familias de clase media que viven en el entorno de la ciudad de Londres... Es un error muy serio culpar a las sociedades europeas de hechos y de valores transmitidos por predicadores de orientación salafista y difundidos también por medios afines que utilizan la religión para justificar actos delictivos. En ningún caso se puede relacionar el terrorismo con la pobreza o con la marginación. No debemos utilizar esos parámetros.

-Usted ha destacado en sus informes que la movilización yihadista en Europa es mayor que nunca.

-Pero hay que señalar que esta movilización incide de manera desigual en los diferentes países europeos. En realidad, los más afectados no son aquellos en los que existe una mayor proporción de musulmanes con respecto a los habitantes totales, como Bulgaria o Chipre. Los más afectados por el yihadismo son aquellos en los que la población musulmana está compuesta por segundas o ulteriores generaciones descendientes de emigrantes. En cambio, la población musulmana que vive en España es, predominantemente, de primera generación. Sirve de contraste con lo que está ocurriendo en Francia.