Juncker solicita a los griegos que voten sí para seguir en la UE

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Miles de personas se manifestaron en el exterior del Parlamento de Atenas en defensa del «no».
Miles de personas se manifestaron en el exterior del Parlamento de Atenas en defensa del «no». aris messinis < / span>AFP< / span>

Dice sentirse traicionado por Tsipras y lo acusa de intentar engañar a los ciudadanos

30 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pido al pueblo griego que vote sí. Independientemente de la pregunta que se le haga. Un no sería un desastre para el futuro. Significaría que Grecia dice no a Europa». Fueron las palabras desesperadas que lanzó ayer en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, a los ciudadanos griegos. En un discurso cargado de emoción y dramatismo por el momento histórico que vive la Unión Europea y la zona euro, el luxemburgués apeló directamente al pueblo heleno para que garantice con su voto en el referendo del próximo domingo que Grecia seguirá estando dentro de la UE.

Juncker no se quedó solo en su alegato. Matteo Renzi, uno de los líderes de la izquierda europea y uno de los escasos potenciales aliados que podrían quedarle al Gobierno griego, respaldó sin fisuras al presidente de la Comisión y aseguró que la consulta será «una elección entre el euro o el dracma». Lo mismo hicieron el presidente francés, François Hollande, el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, o el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.

La llamada llegaba la víspera de que expire el actual programa de rescate griego. Si nada lo remedia, Grecia dirá hoy adiós a 7.200 millones de euros. El Gobierno de Alexis Tsipras mantiene su postura. No firmará ningún acuerdo que no incluya un compromiso para aliviar la deuda griega y solicita que se extienda el programa una semana más, hasta conocer los resultados del referendo. Una consulta que ha sembrado polémica en todos los rincones de Europa por el momento al que ha esperado el líder de Syriza para convocarlo: «Esto no es un juego de póker», le reprochó ayer Juncker, que teme más que nunca la desintegración del proyecto europeo.

El mediador en las negociaciones entre Atenas y la troika (CE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) tuvo palabras muy duras contra Tsipras, al que acusó de echar por tierra todo su trabajo en aras del acuerdo: «Me siento traicionado porque no se han tenido en cuenta mis esfuerzos», aseguró antes de pedirle que no siga engañando al pueblo griego.

Precisamente para arrojar más luz sobre estos meses de tira y afloja entre Grecia y sus acreedores, Bruselas decidió hacer pública la última propuesta que pusieron encima de la mesa a Tsipras, donde las concesiones en cuestiones como el IVA y las pensiones son significativas. Pero el repentino afán de transparencia de la Comisión Europea puede haber llegado demasiado tarde. El propio Tsipras aprovechó ayer la coyuntura para poner en cuestión en una carta la «sinceridad» de quien otrora fuera su mejor aliado.

A pesar de los reproches y la profunda frustración que embarga al Ejecutivo de Bruselas, Juncker insiste en que todavía no es tarde: «Nos encontramos en el último segundo, pero sigo dispuesto, junto a los otros 18 Estados miembros, a trabajar y llegar a ese acuerdo», manifestó. Hoy sonará el silbato que indicará el final de partido para Grecia. Sin acuerdo y sin prórroga, el futuro lo decidirán los griegos el domingo: «No hay que suicidarse porque se tenga miedo a la muerte», les recordaba ayer Juncker.