Grecia precisa otros 52.000 millones y una quita de la deuda, dice el FMI

Adolfo Lorente BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

JONATHAN ERNST | Reuters

En un tercer rescate, la eurozona tendría que poner 36.000 millones

03 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al cuarto día de corralito y a tres del referendo que tiene a Europa con la respiración contenida, el FMI volvió a marcar la agenda con la publicación de un informe sobre la salud de la deuda helena, sobre su sostenibilidad. La conclusión solo dibuja negros nubarrones sobre Atenas, cuyas necesidades de financiación entre octubre del 2015 y finales de 2018 ascienden, según el organismo, a 52.000 millones, de los que, en un hipotético tercer rescate, Europa debería aportar 36.000 millones. Esto es, con cargo a las espaldas de los contribuyentes de los otros 18 países que conforman el bloque de la moneda única. Esta misma semana, Tsipras pidió un tercer salvavidas hasta el 2017, pero por 29.145 millones

El Fondo, además, vuelve a la carga con la quita, que asegura será inevitable si la situación sigue deteriorándose. Y este es solo el punto de partida. Todo irá a peor porque el informe se realizó antes de consumarse el corralito, que está dañando sobremanera la ya renqueante economía del país. Y cuanto más se tarde en llegar a una solución, mucho peor será todo.

La institución que dirige la francesa Christine Lagarde aprovecha el documento para recordar cómo meses antes de la llegada de Syriza y Alexis Tsipras al poder, el país había comenzado a levantar cabeza, a crear empleo y a registrar superávits primarios (antes del pago de la deuda), que era una de las condiciones prometidas en el 2012 al Eurogrupo para aprobar un nuevo alivio de la deuda griega.

El FMI recuerda que en su última revisión, realizada en mayo del 2014, ya se destacaba cómo la deuda estaba volviendo a la senda de sostenibilidad, aun siendo «altamente vulnerable». Explica que en el verano del 2014, con los tipos de interés a la baja, todo presagiaba que no iba a ser necesario una nueva quita si se implementaba tal y como se acordó el programa de noviembre del 2012. «Sin embargo, cambios significativos desde entonces, como el menor superávit primario de Grecia y el débil esfuerzo reformista que lastrará el crecimiento y la privatización, están llevando a nuevas y sustanciales necesidades de financiación». Una dinámica que de proseguir, alerta, hará la deuda «insostenible».

El documento vuelve a evidenciar las divergencias que había dentro de la troika entre la Comisión y el FMI (el BCE participa pero ha estado más al margen). El Ejecutivo comunitario, que representa los intereses de los países, se ha mostrado siempre partidario de aliviar los objetivos fiscales, pero ha rechazado una quita de la deuda para evitar peligrosos precedentes. Aunque, eso sí, es favorable a más reestructuraciones, como ampliar los plazos de devolución. Los técnicos de Washington, por contra, sostienen que si se quiere reducir el superávit primario habrá que realizar sí o sí una quita. Las diferencias no son nuevas y siempre han sido utilizadas por el Gobierno de Tsipras para culpar a la troika, a su falta de entendimiento interno, como el principal causante de no haber acuerdo.

Ahora el debate no es cuánto dinero necesitará Grecia, sino si el Eurogrupo está dispuesto a dárselo después de la abrupta ruptura de las negociaciones provocada por el referendo. El Gobierno griego dijo ayer que el informe le da la razón.