Empieza el sinuoso camino del rescate

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ARIS MESSINIS | afp

A Tsipras no le quedó otra opción que bajar los brazos Los Parlamentos nacionales toman la palabra para decidir la ayuda a Grecia

14 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La eurozona pasó ayer por el peor trago de su toda su historia. Tras acaloradas discusiones y con la posibilidad del Grexit sobre la mesa, a Tsipras no le quedó otra opción que bajar los brazos. Pero ni siquiera la rendición puede garantizar la permanencia de su país en el euro. Atenas no se puede permitir un solo tropiezo.

¿Cuál es el primer obstáculo?

El Parlamento griego. Los ojos están ahora puestos en Atenas. Tsipras se ha comprometido a cumplir con los sacrificios a cambio de negociar el tercer rescate pero las promesas no le valen a Alemania, que exige hechos. Como garantía, el Gobierno de Syriza deberá legislar de forma urgente en estas horas sobre las «medidas prioritarias» y pasar el texto de forma inmediata al Parlamento heleno para que le dé luz verde el miércoles. Tsipras cree que tiene mayoría, pero podría buscar el apoyo de la oposición ante la posibilidad de que más una docena de diputados de su partido le retiren su apoyo.

¿Se abre la negociación de forma automática?

No. Si el Parlamento griego aprueba el paquete, el Eurogrupo mantendrá un encuentro inmediato por teleconferencia para recomendar la apertura de negociaciones entre la troika y Atenas. Pero la última palabra la tendrán los parlamentos nacionales de otros ocho países del euro que someterán la petición de rescate a consulta entre el jueves y el viernes: Alemania, Finlandia, Austria, Holanda, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Francia.

¿Dará tiempo a cerrar el rescate antes del pago de 3.500 millones al BCE?

No. El Consejo de gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) lanzaría una petición formal de rescate a finales de la semana próxima, paso previo para formalizar las negociaciones entre la troika y Atenas. El lunes 20 de julio expira el plazo para devolver 3.500 millones al BCE, fondos que Atenas no tiene.

¿Puede quebrar Grecia?

Si ha seguido a pies juntillas el calendario y ningún Parlamento hostil (como el finlandés) se opone, los socios ya deberían tener acordada una financiación puente que ayude a Grecia a hacer frente a esa factura y a otras que están por venir [el país necesita 7.000 millones este mes y otros 5.000 en agosto para cumplir con los reembolsos al BCE y al FMI]. Fuentes europeas confirman que el pago no sería un problema.

¿Está descartado el grexit?

No, al menos hasta que se firme el rescate. ¿Por qué? El BCE no puede seguir insuflando liquidez al sistema bancario de un país insolvente. Sin dinero, esos bancos quebrarían y el Gobierno tendría que introducir una nueva moneda. Si no hay una garantía europea detrás, Mario Draghi no puede mantener la respiración asistida al sistema financiero, al borde del abismo desde el 28 de junio. En esa fecha, Fráncfort congeló la liquidez de emergencia (ELA) en los 90.000 millones de euros. La maniobra precipitó el actual corralito y un nuevo movimiento en falso de Atenas puede provocar el cierre definitivo.