La Plataforma de Izquierda, que es la corriente más radical, ya ha manifestado que no respaldará la votación del acuerdo hoy en el Parlamento
15 jul 2015 . Actualizado a las 09:58 h.Tras ejercer como principal escudero del primer ministro griego, Alexis Tsipras, Yanis Varufakis empieza a convertirse ahora en una molestia. En una entrada que subió ayer a su blog, el mediático exministro calificó el acuerdo alcanzado por su todavía jefe de filas como la culminación de un golpe de Estado. Unas horas antes había afirmado en una entrevista concedida a un medio británico que, en realidad, dimitió tras perder una votación en el Gobierno para endurecer la negociación con los socios de Bruselas.
La conducta de Varufakis desnuda la situación de caos en la que se encuentra el poder en Atenas. Tsipras tuvo que dedicar ayer sus energías a conjurar el fantasma de la fractura interna en su formación, la coalición de izquierda radical Syriza, pero aparentemente no cosechó demasiados frutos. La Plataforma de Izquierda, que es la corriente más radical, ya ha manifestado que no respaldará la votación del acuerdo hoy en el Parlamento. Uno de sus portavoces, el ministro de Energía Panayotis Lafazanis, emplazó al primer ministro y al Gobierno a retractarse y retirar su apoyo al nuevo memorando.
Lafazanis es uno de los treinta diputados de Syriza que no dieron la semana pasada al Gobierno un mandato para las negociaciones en Bruselas, la mayoría de ellos mediante abstenciones, ausencias y dos con votos en contra. La prensa local señala que su facción estaría planteándose pedir la celebración de un congreso extraordinario de Syriza, y se plantea incluso formar su propio grupo parlamentario.
Según Efe, entre los díscolos estarían varios miembros del Gobierno, como el ministro adjunto de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, el ministro adjunto de Defensa, Kostas Ísijos, y el ministro adjunto de Exteriores, Nikos Juntís, quien ayer dimitió como diputado, aunque, por el momento, no ha dejado el cargo.
La situación tampoco es estable en el seno del nacionalista Griegos Independientes, socio del Gobierno. Tras las reuniones de su grupo parlamentario y del comité ejecutivo, su líder, Panos Kamenos, mostró su respaldo al Ejecutivo para la votación de hoy pero dejó entrever que podría rechazar el documento firmado en Bruselas, que también debe someterse a voto.
Por ahora no hay una imagen clara de cuál será la decisión de Tsipras de cara a los próximos días. Entre los movimientos posibles están emprender una remodelación del Gobierno cambiando a los ministros que se han posicionado en contra, ampliar la coalición con otros partidos o mantener la estructura actual del Ejecutivo y tratar de sacar adelante la votación con los apoyos de la oposición. El conservador Nueva Democracia, el centrista To Potami y el socialdemócrata Pasok han expresado su apoyo al acuerdo, por lo que se da por seguro que el paquete legal será aprobado en su conjunto.