Un segundo suicida entró por Grecia entre los refugiados

Fernando Iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

El cerebro de la matanza de París también participó directamente en los atentados

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía de París reveló ayer que un segundo kamikaze del comando que el pasado viernes atentó a las puertas del estadio de Saint-Denis, a las afueras de París, había entrado en la Unión Europea por Grecia procedente de Turquía mezclado entre un grupo de refugiados. Este terrorista activó su chaleco de explosivos en la puerta H del recinto a las 21.30 horas, diez minutos después de que lo hiciera su primer compañero en la puerta D. Las huellas dactilares de ambos se corresponden con las tomadas por las autoridades helenas en un control efectuado el 3 de octubre.

Por otro lado, los investigadores creen que el líder yihadista Abdelhamid Abaud, muerto el miércoles en el asalto policial de su guarida en Saint-Denis, participó directamente en los atentados que la semana pasada ensangrentaron París y no se limitó a ser únicamente el autor intelectual o coordinador logístico de las operaciones. La Fiscalía gala confirmó ayer que la mujer fallecida en los enfrentamientos es su prima, Hasna Ait Boulahcen, y admitió la existencia de un tercer cadáver sin identificar entre los escombros del piso franco medio derruido tras siete horas de guerra urbana.

Una cámara de vigilancia del metro de París filmó a Abaud el viernes 13 a las 22.14 horas entrando en la estación de la línea 9 Croix-de-Chavaux, situada en el municipio de Montreuil. Este lugar se encuentra a tan solo 250 metros de la calle de esa localidad limítrofe con París en la que se encontró abandonado el Seat León negro utilizado por el comando de tres activistas que ametrallaron las terrazas de varios establecimientos hosteleros. El coche había sido alquilado en Bélgica por Ibrahim Abdeslam, quien se inmoló ante un restaurante al accionar el chaleco con explosivos que portaba y que hirió de gravedad a un cliente.

Se cree que su hermano, Salah Abdeslam, es el tercer hombre de la célula, que regresó a Bélgica con ayuda de dos cómplices belgas a quienes telefoneó para que vinieran a buscarlo a París y que se encuentra huido. A no ser que se trate del tercer muerto aún sin identificar en el piso franco de Saint-Denis, aunque los investigadores consideran improbable que se arriesgara a volver a Francia a sabiendas de que es el terrorista más buscado de Europa.

La pista de Rabat

Los servicios secretos marroquíes comunicaron a París la información de que Abaud se encontraba en Francia en compañía de su prima y no en Siria como se pensaba. El origen de la pista se sitúa en la detención a principios de octubre de Yassine Abaud, hermano menor del yihadista, cuando el avión en el que viajaba procedente de Siria acababa de aterrizar en Agadir.

Gracias al dato recibido de Rabat, los investigadores franceses intervinieron el móvil de Boulahcen, que ya era investigada por tráfico de estupefacientes, y geolocalizaron su teléfono en Saint-Denis en las inmediaciones del piso franco. Una vigilancia física permitió determinar que los dos primos se presentaron en el inmueble hacia las diez de la noche del martes y se decidió dar el asalto de madrugada al tener la certeza de que los sospechosos estaban en el piso.

La joven Hasna no se suicidó

El cadáver de Hasna Ait Boulahcen fue encontrado ayer entre los escombros del edificio. Según la Fiscalía de París, Hasna fue identificada mediante el cotejo de sus huellas dactilares y porque cerca tenía un bolso de mano con su pasaporte en el interior. Pero la investigación ha descartado que se suicidara al detonar su cinturón de explosivos, ya que la cabeza encontrada por la Policía científica en la acera finalmente corresponde a un hombre y no a ella como se creyó en un primer momento. El cadáver de su primo estaba acribillado por balas y metralla, la cabeza irreconocible y el tronco destrozado por efecto de una explosión. Falta por identificar el tercer cuerpo descubierto despedazado entre los escombros, que probablemente fuera el kamikaze.