«Hemos vuelto al Parlamento de Mubarak»

Laura Fernández Palomo EL CAIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

AMR ABDALLAH DALSH | Reuters

Según las encuestas en  Egipto, el Gobierno estará dominado por la alianza leal al presidente Abdel Fatah al Sisi, oficiales del Ejército y figuras proMubarak camufladas en candidaturas independientes

05 dic 2015 . Actualizado a las 15:33 h.

Asumida una represión generalizada, ya no aparecen en los medios los arrestos de los desempleados recién licenciados en la remodelada plaza Tahrir -donde se han borrado las huellas de la revuelta del 2011-, ni las protestas disueltas por las fuerzas de seguridad en Ismailia contra la muerte de otro preso en custodia policial esta misma semana. En momentos de hastío e incredulidad se anunciaron ayer los primeros resultados de unas elecciones legislativas que comenzaron hace dos meses y en las que la participación fue de tan solo el 28 %. Como se esperaba el Parlamento estará dominado por la alianza leal al presidente Abdel Fatah al Sisi, oficiales del Ejército y figuras proMubarak camufladas en candidaturas independientes.

«Te enviaré a 100 hombres de Kerdasa a comerte vivo». El hombre que dirigió estas palabras al secretario de la ONU, Ban Ki-moon, Saed Hasasen, como advertencia para que se mantuviera al margen de la política egipcia, es uno de los elegidos. Junto a él otras polémicas figuras se sentarán en los 448 de los 568 destinados a candidaturas independientes.

«Hemos vuelto al tipo de Parlamento de Mubarak, sin partidos. Se gana por influencia, no por ideología», afirmaba el miércoles, último día de votación, el candidato independiente Jaled Mohamed Abdelfatin en un barrio de El Cairo. A pocos metros de él minibuses, financiados por uno de sus rivales con los que se disputa el escaño, cargaba y descargaba a grupos de mujeres para llevarlas a votar. «Ocurre en todo Egipto; se compran los votos y en este barrio la gente tiene mucha hambre», afirma. La subida de precios de productos básicos lastra aún más a los egipcios tras años de estancamiento económico y aumento de la pobreza.

«Sé que Jaled no es corrupto, pero en realidad entrar en política en Egipto es apoyar la corrupción, porque el sistema está viciado», sentencia el vecino Emad, que ha descartado votar desde que el golpe de Estado del general Al Sisi en el 2013 y el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi. Los ilegalizados Hermanos Musulmanes han quedado fuera de los comicios parlamentarios que ganaron por mayoría en el 2012. Fue la única ocasión en la que votó Emad, a partir de entonces solo pisa los colegios electorales como observador del grupo de jóvenes Moraqba. «Esto es como unos dibujos animados, estas elecciones son un teatro», valora.

El único partido de corte islamista que se mantiene en la Cámara es el salafista Nour que apoyó el Gobierno interino tras el golpe. Los 120 asientos destinados a las listas de partido estarán en su mayoría ocupados por 65 representantes del Partido de los Egipcios Libres, leal a Al Sisi.

La sombra del terrorismo marca la política

Viernes, día de rezo, una explosión en un bar nocturno y 16 muertos hicieron saltar ayer todas las alarmas. Poco después se despejaron las dudas. «No ha sido Daesh, ha sido un ajuste de cuentas», explicaba el doctor Mohamed, regente de una farmacia contigua, cuando ya lo habían confirmado las autoridades.

Era la primera hipótesis a descartar. El Estado Islámico se ha asentado en el Sinaí, a través de su filial Welayat Sina, desde donde ataque intermitentemente. La de mayor repercusión, al reivindicar el derribo del avión ruso con 224 pasajeros. Una violencia que ha herido aún más a Egipto, especialmente en el sector turístico que no levanta cabeza. La terminal de salidas del aeropuerto de El Cairo continúa vacía no solo por la ausencia de viajeros sino porque se ha prohibido el acceso por «motivos de seguridad». Las razones que rigen toda la política interna de Egipto.