La ONU aprueba la primera resolución para acabar con la guerra en Siria

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ABDULMONAM EASSA | AFP

El acuerdo sobre la hoja de ruta para la paz deja en el aire el futuro de al Asad

18 dic 2015 . Actualizado a las 23:36 h.

Cuatro años y medio de guerra, 250.000 muertos y millones de refugiados después, el Consejo de Seguridad de la ONU se aprestaba anoche a aprobar la primera resolución para tratar de poner fin al conflicto sirio. Los cinco miembros permanentes del máximo órgano de las Naciones Unidas alcanzaron un acuerdo sobre la hoja de ruta que debe seguir el proceso de paz en Siria. Las anteriores resoluciones no salieron adelante a causa de los sucesivos vetos de Rusia y China.

Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China parece que han conseguido olvidar de una vez por todas sus diferencias sobre el conflicto sirio. Pese a ese consenso, quedan aún por resolver asuntos clave: el primero, el futuro del presidente Bachar al Asad y el segundo, la lista de grupos de la oposición moderada que serán parte de las negociaciones de paz. Aunque Jordania tomó ayer la iniciativa de presentar una lista de grupos que deben ser considerados terroristas y por tanto deben quedar al margen de la transición.

Alto el fuego

El acuerdo se cerró tras una reunión previa en Nueva York de 17 ministros de Exteriores de las potencias y de los países clave en el conflicto, como Irán y Arabia Saudí, tras los progresos logrados anteriormente en Viena. La resolución del Consejo da precisamente el respaldo de la ONU a la hoja de ruta pactada en ese proceso, que prevé un alto el fuego en enero y una negociación entre Gobierno y oposición para completar una transición política en un plazo de 18 meses.

El texto aboga por la entrada en vigor de una tregua «tan pronto como el Gobierno y la oposición de Siria den los primeros pasos hacia una transición política bajo los auspicios». En concreto, «reclama a todas las partes que cese inmediatamente cualquier ataque contra la población y los objetivos civiles», que han sido una constante en este conflicto armado. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, debe presentar los posibles mecanismos para verificar el alto el fuego.

Sobre las negociaciones de paz, el documento respalda el calendario pactado en las cumbres de Viena, que fijan el inicio de las negociaciones de paz entre Al Asad y los rebeldes el 2 de enero con una duración máxima de 18 meses. «El pueblo sirio decidirá el futuro de Siria», subraya, en lo que podría ser una referencia directa a la figura de Al Asad, cuyo destino político tampoco se abordó expresamente en la declaración conjunta de Viena.

Para llegar el acuerdo, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, lideró un arriesgado juego de equilibrio diplomático para mantener tanto a Moscú como a Riad dentro de las conversaciones de paz. Primero visitó a Vladimir Putin para dejar claro a Rusia, aliado clave de Al Asad, que Washington no busca un «cambio de régimen». Después se reunió con el ministro de Exteriores saudí, Adel al Jubeir, para tranquilizar al enemigo más implacable de Al Asad y asegurarle que Estados Unidos no aflojará su presión para sacar del poder al presidencia sirio.

Obama: «Mantener a Al Asad haría a EE.UU. aún más objetivo de los yihadistas»

La última rueda de prensa del año de Barack Obama estuvo centrada en el terrorismo, el asunto que en las últimas semanas lidera las preocupaciones de los estadounidenses. Aunque es «muy difícil detectar lobos solitarios como los que atentaron en San Bernardino», el presidente pidió a la población que permanezca «vigilante» y reiteró que, para evitar es amenaza, seguirá combatiendo al «corazón» del Estado Islámico en Siria e Irak. Reiteró su convencimiento de que Bachar al Asad debe dejar el cargo para que cese la guerra y porque mantenerlo en el poder «es contrario a lo que somos y a nuestros intereses. Eso nos haría más un objetivo yihadista».

En su estrategia antiterrorista volvió a hablar del cierre de la prisión de Guantánamo porque, según afirmó, «es uno de los imanes para atraer yihadistas». Aseguró que en el 2016 se reducirá la población reclusa de esa cárcel por debajo de cien. Confía en que el Congreso permita reubicar a los presos y que eso lleve al cierre de la cárcel, pero si no es así, lo hará por su cuenta.