Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El último descenso a la mina de carbón

Rita Álvarez Tudela KELLINGLEY / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La explotación de Kellingley, la única que áun producía en el Reino Unido, puso ayer fin a su actividad

18 dic 2015 . Actualizado a las 22:54 h.

«Este es el fin. Es el fin de la minería británica», decían ayer un grupo de mineros bajo tierra mientras cargaban el último tren de carbón en Kellingley, en el norte de Inglaterra. Pasadas las doce del mediodía, salían a la superficie y completaban un turno con el que decían adiós a la actividad de un yacimiento que llevaba en activo desde 1965.

El plan de cierre impuesto por el Gobierno de David Cameron remataba tras dos años de demandas de los trabajadores, que pretendían financiar la modernización de sus equipos para que la extracción de carbón fuese competitiva frente al importado de mercados como el colombiano y el ruso. Lamentan que queden enterrados recursos para poder seguir en activo otros diez años.

Los seis millones de libras que hacían falta nunca llegaron y esta región situada en Yorkshire del Norte despidió ayer a los aproximadamente 450 mineros que quedaban en activo. El Consejo del Carbón reconoció el momento histórico del día de ayer y el impacto real que el cierre tendrá en los mineros, sus familias y la comunidad.

Según cifras del Departamento de Energía y Cambio Climático, el Reino Unido importó más carbón de lo que produjo por primera vez en el 2001 y así sucedió de nuevo en el 2003, cuando produjo unos 28 millones de toneladas, e importó otros 31 millones.

La privatización de los 80

Para hoy está prevista una marcha en protesta por el cierre de la galería, conocida entre los locales como Big K, y en la que en sus décadas de historia fallecieron un total de 17 mineros.

Durante años fue el mayor pozo profundo en Europa. Conseguía subir hasta 900 toneladas por hora a la superficie. Daba empleo a más de 2.000 trabajadores, de los 500.000 que se dedicaban a la industria del carbón en el Reino Unido.

La privatización llegó en la década de los años 80. Provocó una resistente huelga de doce meses entre 1984 y 1985, años en que gobernaba la dama de hierro. Muchos mineros jóvenes de Kellingley se convirtieron en símbolo de una resistencia que finalmente sucumbió al poder de Margaret Thatcher. La empresa UK Coal se hizo con la administración de la mina en el 2013, pero fracasó en su intento de enfrentarse al aumento de los costes y la competencia de las importaciones de carbón más barato. A eso se unieron los planes del mes pasado de Londres de alejarse del carbón, anunciando que cerraría las centrales eléctricas alimentadas por este mineral en el 2025. Se convirtió en la primera gran economía que pone fecha al cierre de las plantas de carbón para reducir las emisiones de carbono.