
Baréin y Sudán siguen los pasos de Riad y rompen relaciones diplomáticas con Teherán
05 ene 2016 . Actualizado a las 08:47 h.Arabia Saudí no parece dispuesto a rebajar la tensión con su histórico rival, Irán, aunque esté teniendo una repercusión directa en la inestabilidad de Oriente Medio y agrave el cisma entre suníes y chiíes. A la ruptura diplomática, se une ahora el boicot económico. Riad ordenó ayer la interrupción del tráfico aéreo y la prohibición a los saudíes de viajar al país persa. No impedirá, de momento, la llegada de fieles iraníes a La Meca.
Las nuevas medidas de castigo seguían al apoyo que ha recibido Arabia Saudí por parte de sus aliados suníes. Baréin y Sudán siguieron los pasos de Riad y rompieron las relaciones diplomáticas con Teherán, mientras que Emiratos Árabes Unidos redujo el nivel de representación. Países como Jordania pedían al país persa respetar la soberanía de las monarquías del Pérsico tras los ataques a la embajada saudí en Teherán y su consulado en la ciudad de Mashhad. Por su parte, la Liga Árabe, donde el reino de la dinastía Al Saud ostenta un claro liderazgo, ha convocado una reunión de urgencia basada en la «condena a la interferencia iraní en los asuntos internos árabes».
Rusia se ofrece a mediar
Rusia, aliado de Irán, ha mostrado su disposición a mediar para rebajar la crisis creada tras la ejecución del clérigo chií Nimr al Nimr en Arabia Saudí, junto a otras 46 personas. Gracias a sus buenas relaciones con los dos países, dice que puede promover una reconciliación en el caso de que lo pidan.
El régimen de los ayatolás criticó la ruptura de relaciones de Riad, decisión que considera «apresurada» y fruto de la «frustración» y «debilidad» del reino. Para el vicepresidente iraní, Eshaq Jahangiri, la ejecución del clérigo fue un «grave error estratégico» y hará más daño a la monarquía del Golfo que a Teherán.
La violencia sectaria se elevó ayer un grado más en Oriente Medio. En Irak, miles de partidarios del clérigo radical Moqtada Sadr se manifestaron en varias ciudades, llamando a su Gobierno a romper relaciones con Arabia Saudí. Además fueron dinamitadas dos mezquitas suníes en un barrio de mayoría chií en Hilla y un almuecín fue asesinado cerca de su casa en Iskandariya.
Las fuerzas de seguridad iraníes cerraron el paso a un grupo de manifestantes que querían acercarse a la embajada saudí de Teherán. En Manama, la capital de Baréin, la policía dispersó con perdigones y gases lacrimógenos una protesta de decenas de chiíes. En la provincia saudí de donde era originario Al Nimr, han seguido las protestas y la represión policial deja ya un muerto.