La intérprete cuenta con un poder especial para hacer lo que quiera con la película autobiográfica del narcotráfico. El proyecto sigue adelante
13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La confianza de Joaquín el Chapo Guzmán en Kate del Castillo viene de atrás. Se desconoce desde cuándo y por qué. Sí se sabe que el jefe del cartel de Sinaloa otorgó un «poder especial» para que la artista mexicana haga lo que quiera con la película autobiográfica que planeaba mucho antes de fugarse del Altiplano en julio, según confirma el abogado del narcotraficante.
El letrado José Refugio Rodríguez precisó en una entrevista con Univisión Investiga: «Sé de un poder que existía en favor de ella y cuál era su papel en la película». El plan «era que ella fuera la primera actriz, aunque no daba el perfil por la edad», explicó. Rodríguez añadió que el documento fue firmado ante un notario dentro de la prisión antes de la fuga y agregó que el Gobierno sabía del papel de la protagonista de La Reina del Sur (serie basada en la novela homónima de Arturo Pérez Reverte, que el Chapo solía ver) en las negociaciones, pues el Ministerio de Interior guarda copia de los poderes firmados por los presos.
La intérprete continúa adelante con el proyecto, en el que trabajará con dos productores conocidos en Hollywood y que trabajaron con Oliver Stone y Sean Penn, el argentino Fernando Javier Sulichin y el español José Ibáñez Martín Pira. Todos podrían tener problemas con la Justicia, sobre todo si se comprueba que recibieron dinero, siquiera el pago de los billetes de avión para la famosa entrevista que Penn publicó en Rolling Stone realizada en octubre, cuando el fugitivo estaba escondido en Sinaloa.
Kate del Castillo, con ciudadanía estadounidense, es la primera en la mira de los jueces de México y de EE.UU. El abogado refiere una conversación en la que el Chapo intenta defenderla como sea. «¿Pero ella qué [tiene que ver con la investigación]? Nada. Yo le pregunté: Se está especulando con manejo de dinero.... Y dijo: Un solo peso no agarró de mí». Según el letrado, el líder narco «no iba a aportar dinero, iba a autorizar su historia, y la película la iba a hacer ella por su cuenta».
En el poder notarial, el Chapo confía plenamente en la actriz. Como condición, Guzmán debía «autorizar» el guion cinematográfico y los textos. Obliga a la actriz y a los productores a «rendir cuentas» ante él y determina que el poder «tendrá duración mientras no sea revocado o se extinga legalmente». La idea de la película fue un paso en falso del escurridizo delincuente, que cayó porque la Policía siguió los pasos de su adorada Kate.