Descarta que un apoyo mayoritario de los británicos a la ruptura de lazos con Europa vaya a servir para acometer reformas más profundas en la Unión Europea
22 feb 2016 . Actualizado a las 19:43 h.El primer ministro británico, David Cameron, defendió este lunes las ventajas de permanecer en una Unión Europea (UE) «reformada» ante un Parlamento en el que más de un centenar de diputados han expresado su intención de hacer campaña para romper los lazos con el bloque comunitario.
La mayoría de los parlamentarios que apuestan por el «Brexit» son miembros del Partido Conservador que disienten de la línea oficial, entre ellos el alcalde de Londres, Boris Johnson, que no perdió la oportunidad de criticar desde la bancada «tory» el acuerdo logrado el viernes en Bruselas. Johnson, erigido como una de las caras más visibles del bando eurescéptico ante el referéndum del 23 de junio, puso en duda durante una tensa sesión que el pacto con los 27 socios comunitarios haya devuelto «soberanía» alguna a Londres.
El jefe del Gobierno, para quien el Reino Unido debe «liderar» la UE «desde dentro», respondió a las críticas subrayando que el acuerdo «devuelve poderes en economía e inmigración» y, sobre todo, aparta «para siempre» al país del propósito de forjar una Unión cada vez más estrecha. «Hemos logrado un estatus especial y existe la oportunidad de seguir construyendo sobre lo que ya tenemos, proteger a nuestra gente e impulsar nuestra prosperidad. Esa es la opción que deberíamos elegir», afirmó.
Cameron adoptó un tono vehemente para combatir la idea de que votar «no» a la UE en el referéndum de junio podría servir para forzar a Bruselas a una negociación aún más profunda y convocar acto seguido una segunda consulta, una propuesta que sugirió hace meses Johnson y que hoy había vuelto a cobrar fuerza en los círculos políticos de Westminster.
«Esta es una decisión vital para el futuro de nuestro país y debemos dejar claro que es una decisión final», dijo Cameron, que subrayó que si la opción de salir de la UE gana la votación se iniciará un proceso de dos años para abandonar el bloque.
«No conozco a ningún matrimonio que haya iniciado un proceso de divorcio para lograr renovar sus votos», apostilló el primer ministro al comentar una propuesta que a sus ojos «ignora los puntos más profundos sobre democracia, diplomacia y legalidad».
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, coincidió en criticar un acuerdo que considera «decepcionante» y que no soluciona, en su opinión, «ninguno de los problemas» de los británicos. Con todo, Corbyn recalcó que una «mayoría aplastante» del Partido Laborista y del movimiento sindical hará campaña por mantenerse dentro el club europeo. «El acuerdo del primer ministro incluye elementos a los que damos la bienvenida y otros que nos preocupan, pero es en gran medida irrelevante para la decisión que deben tomar los británicos. Ni uno solo de sus puntos tiene relevancia en nuestros argumentos para seguir en la Unión», dijo el laborista.
Desde que Cameron anunció el sábado la fecha prevista para el referéndum y dio luz verde a sus compañeros de partido y miembros del Gobierno para expresar su opinión personal, más de cien diputados conservadores se han desmarcado de su defensa de Europa.
Cinco miembros permanentes de su Gabinete, incluido el ministro de Justicia, Michael Grove, además de Johnson, se han apuntado a la campaña por salir de la UE, en la que compartirán posicionamiento con el eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que en las elecciones generales de mayo logró cerca de cuatro millones votos.
Entre los laboristas, siete parlamentarios han dado un paso hacia el bando euroescéptico hasta ahora, si bien la diputada Kate Hoey, que ha defendido la salida de la UE en los últimos meses, adelantó que podrían ser al menos «dos docenas» los que finalmente se declaren en contra de la Unión.
No ha habido disidencias en las filas del Partido Nacionalista Escocés (SNP), cuya líder, Nicola Sturgeon, ha dejado claro su apoyo a continuar en Europa y ha alertado de que abandonar el grupo podría multiplicar las voces para pedir un nuevo referéndum sobre la independencia en Escocia.
Los ocho diputados liberaldemócratas, junto con los tres del galés Plaid Cymru, se han mostrado a favor de la UE, mientras que al menos tres de los ocho del Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario en Irlanda del Norte, se han expresado en contra.
El acuerdo alcanzado el viernes pasado con Bruselas permitirá al Gobierno británico limitar las ayudas públicas a los trabajadores comunitarios en el Reino Unido durante un periodo de cuatro años, así como adaptar las ayudas por hijos que viven fuera de las islas británicas al nivel de vida de esos países. Cameron logró también excluir al Reino Unido de cualquier medida destinada a forjar una mayor integración política con Europa.