Tras cada atentado, los grandes líderes mundiales se conjuran contra el terrorismo, pero sin avances
28 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los grandes líderes políticos de todo el mundo tienen un problema de hemeroteca. Tras cada golpe de los islamistas en territorio europeo, se suceden las promesas de reacciones inmediatas para paliar las críticas de sus propios conciudadanos. Pero las medidas anunciadas con toda la pompa oficial que permite el momento, rara vez pasan del papel a la vida real. Se lo recordó de forma explícita el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a su homólgo francés, Francois Hollande, y al primer ministro inglés, David Cameron, a cuenta de sus compromisos olvidados en Libia y la renuncia a enviar tropas terrestres a la primera frontera europea contra el islamismo radical.
Tras el 13N, Francia declaró la «guerra total» al Estado Islámico, decretó tres meses de estado de emergencia y envió cazas a bombardear Siria. Pero también pidió más controles fronterizos, que siguen a debate, y llegó a estudiar la clausura de las mezquitas «en las que se predique el odio» en suelo galo, medida que no se llegó a poner en práctica.
En el Reino Unido, el difícil equilibrio político hace que la dureza verbal de los primeros mensajes de David Cameron no acabe de fraguar en medidas sólidas. Sus rivales políticos le «aconsejaron» esta semana tomar nota de lo ocurrido en Bruselas como un elemento más para acelerar el brexit y potenciar la condición de isla de los británicos. Ello no impide su absoluta lealtad a sus aliados norteamericanos, aunque intentando minimizar las pérdidas -materiales y humanas- para no tener que hacer frente a posibles divisiones en su opinión pública.
Tampoco Angela Merkel disfruta de un momento cómodo entre su pretensión de blindar Europa y la realidad de los atentados. Sus servicios de inteligencia pidieron aumentar el control sobre los refugiados para evitar su captación por elementos radicales. Y la ultraderecha no para de azuzar el fantasma de la islamofobia. Pero el Gobierno alemán solo ha sido capaz de aumentar la presencia policial en sus fronteras con 2.500 agentes más.
Tampoco España e Italia han sido capaces de profundizar en sus compromisos anteriores. En el caso de España, el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy se encuentra paralizado desde el pasado mes de noviembre. Por su parte, Matteo Renzi, también lleva meses abogando por reforzar la seguridad y los controles fronterizos, en especial en la linde con Francia, con escasos avances. Lo mismo que en la ansiada agencia europea de lucha contra el terrorismo, que no ha pasado aún de los titulares y el nombre.
«Cameron dejó de prestar atención en Libia cuando se acabó la operación terrestre»
Barack Obama
«Estamos en guerra contra el Estado Islámico»
François Hollande
«Tenemos que pelear unidos contra los verdaderos enemigos de los valores europeos»
Angela Merkel