Un mercado emergente y una oportunidad perdida para Galicia

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

INTERNACIONAL

Nacho Doce / Reuters

Brasil apenas acapara el 0,3 % de lo que exporta la empresa gallega y solo el 1,5 % de lo que invierte en países extranjeros

13 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre los desequilibrios que singularizan el sector exterior gallego está su excesiva dependencia geográfica de la UE. La presencia de Galicia en las economías emergentes viene siendo cuestionada desde hace tiempo por su escasa relevancia. Así ha sido en Brasil, pero también en Rusia, India, China y Sudáfrica, conjunto de países cuyas iniciales forman el acrónimo de BRICS, países llamados a impulsar el crecimiento mundial y a acaparar la inversión. La desaceleración de algunas de estas economías ha encendido las luces rojas. En el caso brasileño, el impacto en Galicia es muy reducido.

Con la excepción de algunas inversiones gallegas en la construcción o en la industria alimentaria, lo cierto es que Brasil, puesto como ejemplo constante de oportunidad, pesa muy poco para la economía gallega: de los algo más de 18.800 millones que exportaron las empresas de esta comunidad el pasado año 2015, apenas 66,7 se comercializaron en Brasil, lo que equivale a un raquítico 0,3 %. Los datos del Ministerio de Economía y Competitividad también muestran que Galicia apenas invirtió el pasado año en Brasil 15,9 millones de euros, el 1,5 % del total de inversión directa emitida en el extranjero desde la comunidad gallega.

Entre los proyectos gallegos en Brasil destaca el de Copasa, que está ejecutando el acceso a la villa olímpica de Río, junto a un consorcio local, por 106 millones de euros. La conservera Calvo tiene una planta propia allí y opera como Gomes da Costa, y la cervecera Estrella Galicia, sin fábrica propia, dispone de una alquilada a una empresa local. Manuel Añón (Hierros Añón) tiene en marcha una fábrica en el estado de Ceará en la que ha invertido 200 millones y planeaba llegar a los 600.

Conscientes del enorme recorrido que tiene Brasil para la inversión gallega, la Administración autonómica, las cámaras y los empresarios organizan constantemente seminarios sobre las oportunidades de negocio. La lista es larga, y otros inversores foráneos ya han ido ganado terreno. Todo lo relacionado con el medio ambiente (control, tratamiento y análisis de residuos), desarrollo de maquinaria agrícola, energías renovables, bienes de equipo, productos siderúrgicos y productos alimentarios son enormes nichos de negocio en los que la empresa gallega no ha aprovechado hasta ahora su potencial inversor.