Crece el número de partidarios de Sanders que rechazan votar a la ex secretaria de Estado en noviembre
26 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hace un mes, y según todas las encuestas, Donald Trump era el claro perdedor de las elecciones presidenciales, pero ha conseguido darle la vuelta. Ahora, la mayoría de los sondeos le dan una ligera desventaja frente a Hillary Clinton. Algunas incluso lo sitúan por delante. Menor es la desventaja que ha recortado a Bernie Sanders, pero es poco probable que la batalla por la Casa Blanca se libre entre ambos.
Dos razones explican este avance del neoyorquino. Por un lado, y en contra de todos los pronósticos, como viene sucediendo desde el inicio de las primarias, está consiguiendo atraer a los votantes republicanos. Y, para muestra, la que dio este martes el estado de Washington, donde el 76 % de los votos fueron para él, lo que probablemente le dé todos los delegados, 44. Con ellos estará ya a solo 24 de la mayoría que lo señala como candidato electo. Lo ha conseguido sin el apoyo de Paul Ryan ni de Ted Cruz, su principal oponente hasta que se retiró de las primarias. Así que, cuando ambos lo apoyen, y lo harán, como muy tarde, en cuanto sea elegido por la convención, el showman sumará aún más partidarios.
Además de sus propios méritos, la otra razón del avance de Trump es que cuenta a su favor con el caos que vive el Partido Demócrata, la profunda división en el seno de la formación en las últimas semanas. La decisión de Sanders de luchar hasta el final, a pesar de que sus casi nulas posibilidades de ganar, debilita a Clinton. La ex secretaria de Estado ha demostrado una verdadera incapacidad para atraer a los jóvenes y a los independientes, que prefieren por mayoría aplastante al senador. Y la polarización entre ambos candidatos está provocando que cada día más partidarios de Sanders rechacen votar a Clinton el 7 de noviembre. Los seguidores del senador de Vermont que votarían por Clinton si ella era la candidata pasaron de entre el 71 y el 82 % en abril hasta el 55 % de los últimos sondeos. Si Sanders sigue en campaña, como pretende, hasta California (7 de junio), a la ex primera dama le va a quedar poco tiempo para recuperar a los demócratas desencantados con ella.
Las provocaciones que ahora permiten a Trump darse un paseo triunfal por los escenarios electorales también le pasan factura. Así ocurrió en Nuevo México, donde centenares de manifestantes tuvieron que ser dispersados con gases lacrimógenos por la policía mientras protestaban en el exterior del centro de convenciones donde daba un mitin.
Un nuevo dolor de cabeza para la probable candidata demócrata: la auditoría de la Secretaría de Estado concluye que violó las normas del departamento sobre el uso del correo electrónico durante los cuatro años que ocupó el cargo. La auditoría, que se hizo pública ayer, sostiene que Hillary Clinton tenía que haber entregado copia de los e-mails enviados desde su cuenta privada relacionados con el trabajo en cuanto los mandaba o, al menos, antes de dejar el puesto, en febrero del 2014. En cambio, no lo hizo hasta dos años más tarde.
El informe no culpa solo a Clinton, sino también a otros secretarios de Estado anteriores, como Colin Powell, que lo fue en el Gobierno de George Bush. Pero esto no va a librar a la precandidata de las críticas de los republicanos, que en las próximas semanas los tendrán nuevo combustible contra ella cuando declare ante el FBI en el marco de la investigación de la Oficina Federal por este mismo asunto.