No es la primera vez que el Reino Unido pone al proyecto europeo contra las cuerdas
23 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.No es la primera vez que el Reino Unido pone al proyecto europeo contra las cuerdas. En 1975, hace ahora 41 años, celebró una consulta sobre la permanencia en la Comunidad Económica Europea (CEE), precursora de la actual UE. Entonces un 67 % de los británicos se mostraron favorables a vincular su suerte con el continente frente al 33 % que optaron por salir. Un resultado mucho más claro, en cualquier caso, del que predicen las encuestas para hoy.
La iniciativa de celebrar aquel referendo corrió a cargo de los laboristas, que hicieron de la consulta un leitmotiv de su campaña electoral y cuyo primer ministro a la sazón, Harold Wilson, permitió a sus ministros hacer campaña en público sin seguir la línea oficial del partido. Como resultado de ello, siete de los 32 miembros del Gobierno se opusieron a seguir dentro de la CEE con argumentos muy similates a los de ahora. Una postura que también autorizó este año el conservador David Cameron y que ha desembocado en que seis ministros de su gabinete se hayan desmarcado de él haciendo campaña a favor del brexit.
Entre los laboristas que pedían entonces el no se encontraban el ministro de Empleo, Michael Foot, y el ministro de Industria, Tony Benn, pero también caras de la primera línea del laborismo actual, como su líder, Jeremy Corbyn, quien confesó su voto euroescéptico de entonces a finales de 2015.
Corbyn no duda ahora en señalar que el apoyo a la UE colapsará si se convierte en una «organización totalmente cruel», pero de todos modos se decanta por apoyar la permanencia alegando principalmente la defensa de los derechos de los trabajadores. No han sido pocos los que han señalado que la falta de implicación y de entusiasmo que ha mostrado en esta campaña tiene que ver con esta doble posición.
En 1975, paradójicamente, era la líder conservadora, Margaret Thatcher, la que se burlaba de la decisión laborista de celebrar el referendo. Así, no dudaba en acusar al Gobierno de ser «incapaz de tomar una decisión» y de «pasar la pelota a la gente». Pese a tener hoy imagen de euroescéptica de línea dura, la dama de hierro hizo campaña sin tapujos a favor de la CEE. «Estamos realmente en Europa y listos para seguir adelante».
La situación ha cambiado mucho desde 1975. La CEE ha pasado de tener 9 miembros a llamarse Unión Europea y estar formada por 28 países. Se han puesto en marcha los tratados de Maastricht y Lisboa, pero también se produjo el nacimiento del mercado único y la implantación del euro, a la que Reino Unido no quiso sumarse. Lo único que parece mantenerse inmutable es que, como dice Cameron, para los británicos, un referendo «es una decisión que pasa una vez en cada generación».