Los seis países fundadores del club quieren que Londres deje de jugar «al ratón y al gato» y proponen una Europa a la carta como alternativa a la crisis abierta por el «brexit»
26 jun 2016 . Actualizado a las 09:48 h.Ojos que no ven, corazón que no siente. Así podría titularse la jornada de ayer en Berlín, donde los ministros de Exteriores de los seis países que fundaron la Comunidad Económica Europea se reunieron, 59 años después, para reaccionar al brexit. Una cita de urgencia, que se saldó con un llamamiento a que el Reino Unido active sin más dilación el artículo 50 del Tratado de Lisboa, para comenzar su salida ordenada del bloque comunitario. «Ese proceso debe empezar cuanto antes», instó el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, desde el palacio de Villa Borsig. «Espero que no juguemos al ratón y al gato», subrayó su homólogo luxemburgués, Jean Asselborn.
Mientras el Reino Unido aún digería el resultado del referendo, este núcleo duro pedía con efecto inmediato la cabeza de David Cameron y no en octubre como anunció el viernes. El titular de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, «llamó a Cameron a abandonar el poder «en los próximos días», al tiempo que reconoció que Cameron «ha jugado con fuego», y debe asumir su «responsabilidad». «No entiendo por qué necesita esperar hasta octubre para decidir si envía o no la carta de divorcio a Bruselas», espetaba el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la televisión pública alemana.
La necesidad de cerrar la herida y quitarse de encima a Londres cuanto antes, como si de un pedazo de piel muerta se tratara, responde al otro mensaje de los representantes europeos, cuanto menos contradictorio: el Viejo Continente tiene que permanecer ahora unido, pero avanzar a dos velocidades. «Europa debe demostrar que es necesaria y que tiene capacidad de actuación», apuntó Steinmeier, quien dejó claro que no hay lugar para «la histeria ni la parálisis». Por su parte, el belga Didier Reynders apostó por estrechar la cooperación «en algunos campos con menos miembros». En la misma línea se expresó el holandés, Bert Koenders, al abogar por una futura «Unión efectiva» y con «flexibilidad».También hay consenso en cuanto a las actuales prioridades del organismo, que son la crisis de los refugiados, la amenaza terrorista y «la crisis del empleo» en el sur de Europa, según Steinmeier. La otra alusión a la periferia llegaba de la mano de Juncker, que en una entrevista con el diario Bild descartaba que el brexit vaya a desembocar en una alianza de Francia, Italia y España contra Alemania, la cual, a su juicio, ejercerá «un papel aún más importante» a partir de ahora.
Estrategia francesa
Más dudas dejó entrever el presidente François Hollande, quien aseguró que el divorcio del Reino Unido supone «un interrogante para todo el mundo», poco antes de recibir en el Elíseo a los líderes de los partidos para poner en marcha la estrategia gala ante el brexit que pasa por mostrarle a Londres la salida y a los franceses de a pie lo que cuesta dejarse seducir por los populismos.
Consciente de que ahora le toca a ella llevar las riendas de la maltrecha UE, Angela Merkel se reunirá mañana con sus homólogos de Francia e Italia, así como con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Pedirá a Londres explicaciones sobre los pasos que va a seguir. Sin embargo, en un intento de desdramatizar y en tono conciliador, la canciller dijo que, aunque las negociaciones «no deberían durar una eternidad», no hay «ninguna razón para ser demasiado dura».
Mientras el primer ministro húngaro, el ultraderechista Víktor Orban, culpa del brexit a la política de asilo de Merkel, el líder socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, responsabiliza en parte a su defensa de la austeridad económica.
La campaña «Vote Leave» pide tiempo
Frente a las prisas de Bruselas, el director de la campaña «Vote Leave», Matthew Elliott, declaró que no tiene una prisa especial por invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa que activa el procedimiento de salida. «No creemos que haya falta invocar el artículo tan rápido. Lo mejor es esperar a que se calme la situación a lo largo del verano, tiempo durante el cual podría haber negociaciones informales con Estados miembros», añadió. Además, Elliott declaró que el acuerdo debería cubrir todos los aspectos que hasta ahora han guiado la relación entre el país y el bloque, entre ellos la contribución británica a la UE, el acceso al mercado único, y el llamado «pasaporte europeo» sobre relaciones financieras.