El colegio de Londres hostigado por los xenófobos tiene alumnos gallegos
INTERNACIONAL
Los padres del centro español están preocupados por las represalias tras el «brexit»
03 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Extranjera, vete a tu país», le decía un señor mayor y de traje a una chica española en el autobús. Ella simplemente iba hablando con su madre por teléfono. De pronto, la rabia del mensaje del señor la dejó boquiabierta. «Fue una sensación de impotencia, de no entender qué pasaba, de querer gritar y llorar».
Desde que se anunció la victoria del brexit crece el número de pequeños incidentes similares a este en otros rincones de la capital británica. Quizás el más destacado fue la pintada xenófoba en el portón verde del colegio español en Londres, que decía «manada de extranjeros». El centro está situado en el corazón del barrio de Portobello. Cuenta con una destacada presencia de alumnos gallegos e incluso oferta clases de gallego. Su directora, María Isabel Martínez, intentó hacer un llamamiento a la calma en una entrevista con La Voz.
Lo ve como un incidente y no quiere quitarle importancia, pero intenta no llevarlo al extremo y sacarlo de quicio. Ahora, explica, tienen teléfono directo con la policía, que ha acudido tres veces al colegio para investigar lo ocurrido. El centro recibió ramos de flores en señal de apoyo de los vecinos de un área con la que mantienen relaciones cordiales. Pero lejos de los agradecimientos y la repercusión pública que le dieron por un ataque similar en el Centro Polaco en Londres, en el español prefieren guardar un perfil bajo.
La respuesta podría estar detrás de las críticas de algunos padres a que el centro apueste por implantar un uniforme para el curso que viene con el que no están de acuerdo. Lo ven como una decisión impuesta y que además será un signo distintivo y reconocible para que sus hijos sean foco de más ataques cuando los nervios están a flor de piel. Así lo ve Álvaro Rebón, natural de A Coruña y padre de una estudiante de 6 años que va al centro. Está preocupado por las represalias tras el brexit y no cree que sea un hecho puntual. Es de los que piensan que los profesores del centro son magníficos pero que falla la comunicación desde la dirección. «En un momento de crispación, el intento de ocultación de estos actos no tiene sentido», afirma.
Jose Antonio Tose lleva 25 años en Londres y cree que el problema de la inmigración está asociado a las promesas realizadas por el primer ministro, David Cameron, de poner una cifra tope que se ha visto desmentida por la realidad. Eso le ha hecho perder credibilidad y los ciudadanos solo sienten que llegan más personas sin control.
La preocupación también es palpable entre dos gallegos que trabajan en la City, pero esta vez no por la xenofobia, sino por el futuro económico. Hablan desde el anonimato y reconocen que el brexit ha sido una equivocación tras una campaña en la que el votante inglés no ha estado bien informado. A uno de ellos no le quedan dudas de que Reino Unido saldrá adelante. Lleva 20 años en Londres y ve esta decisión como «un error bestial con un impacto doloroso en la economía». Hay nervios, muchas horas sin dormir y jornadas eternas frente a pantallas con valores que no dejan de sorprender.
Sobre la mesa, si los bancos y multinacionales se quedarán en Londres. «No creo, se cuestiona la permanencia», dice el que es analista. En su opinión, no hay otra ciudad europea que reúna la mezcla de multiculturalidad y capacidad de la capital británica. Ni Madrid, ni Fráncfort, ni Dublín. Y destaca que, hasta ahora, lo más bonito aquí era la convivencia entre esa mezcla de culturas de todo el mundo.
La reina Isabel llama a «la calma y la compostura» en Escocia
La política británica está patas arriba desde el anuncio de la victoria del brexit, una situación que llevó ayer a la reina Isabel II a hacer una cosa insólita en ella: pedir que se mantenga «la calma y la compostura» y llamar a los parlamentarios a que ejerzan «un verdadero liderazgo» y que piensen «con calma en tiempos de turbulencia».
Durante las décadas que lleva de reinado, la reina siempre ha mantenido una posición neutral y sin interferir en política. Las cosas fueron distintas ayer en Edimburgo, donde dio el quinto discurso de apertura del Parlamento escocés. Alabó la esperanza y renovación que brinda la llegada de nuevos Parlamentos y calificó el mundo de «cada vez más complejo y exigente».
Entre los conservadores, la sorpresa llegó de la mano de la candidata a hacerse con el liderazgo del partido, Andrea Leadsom. Obtuvo el apoyo del exministro de Pensiones y Trabajo, Duncan Smith, y de otros miembros del Parlamento. De hecho, el corredor de apuestas William Hill señaló a Leadsom como segunda favorita para hacerse con el puesto, solo por detrás de la ministra de Interior, Theresa May, pero por delante de Michael Gove.
Pese a que es poco conocida por el electorado, Duncan Smith la describió como ideal para el puesto, esgrimiendo como argumento que el ganador de las primarias tiene que ser un partidario del campo del brexit. Leadsom intentó mantener la calma y echar fuera la presión. Ve la carrera para convertirse en primer ministro como muy difícil.
Mientras, en el bando laborista, Angela Eagle volvió a pedir la renuncia de Jeremy Corbyn. Argumenta que es necesario para el bien «del partido y del país», pero lo cierto es que el apoyo de las bases al líder laborista está más fuerte que nunca, con 60.000 nuevos afiliados en apenas una semana.