Un exdirigente del IRA será juzgado por el asesinato de Jean McConville
INTERNACIONAL
La Fiscalía cree que tiene suficientes pruebas para que Ivor Bell, que actualmente tiene 79 años, vaya a juicio por ayudar y encubrir el asesinato
08 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Según Ed Moloney, autor de A Secret History of the IRA (Una historia secreta del IRA, 2002), Ivor Bell fue el precursor de la reorganización del IRA en células, fue el segundo de Gerry Adams en Belfast en los primeros años setenta, y era el jefe de Estado Mayor del grupo en 1982. Pero cesó en el más alto cargo del IRA después de ser detenido por la confesión de un arrepentido. En 1984 fue expulsado por disentir con la estrategia electoral de Adams, que Bell criticaba por canalizar fondos hacia el Sinn Fein y debilitar militarmente al IRA. Ha vivido desde entonces en Belfast, apartado. Ayer, una juez confirmó que será juzgado por cooperación con el asesinato de Jean McConville.
Según Brendan Hughes, el tercero del IRA en Belfast en 1972, su responsable de operaciones, Adams participó en la decisión de matar y hacer desaparecer a McConville, de 37 años, viuda y madre de diez hijos, después de que le encontraran por segunda vez en su casa un transmisor para comunicarse con la policía. Vivía en la pobreza en Divis Flats, la torre más alta de Belfast Oeste, donde los miembros del IRA iban entonces armados y a cara descubierta.
Hughes hizo esa confesión a otro exmiembro del IRA, Anthony McIntyre, que compartía su desgarro por las muertes causadas para nada. La conversación se grabó como parte de un proyecto de historia oral. Las cintas se guardaron en el Boston College con la promesa de que no se publicarían hasta la muerte de los entrevistados.
La debilidad legal del proyecto quedó al descubierto cuando Ed Moloney decidió publicar en 2010 Voices from the Grave (Voces de ultratumba), con el testimonio de Hughes y de un militante lealista. La Policía logró que la Justicia de EE.UU. obligase al Boston College a entregarle las cintas. Adams fue detenido e interrogado cuatro días, en mayo de 2004, y puesto en libertad sin cargos. Pero, en el caso de Bell, que tiene 79 años, la Fiscalía cree que tiene pruebas para que sea viable el juicio por ayudar y encubrir el asesinato.