El emperador de Japón, Akihito, abdicará

La Voz SHANGHÁI / COLPISA

INTERNACIONAL

FRANCK ROBICHON | EFE

El príncipe heredero, Naruhito, accederá al trono cuando se haga efectiva la decisión, que requerirá una modificación legislativa para que se pueda llevar a cabo

14 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El príncipe heredero de Japón, Naruhito, no tendrá que esperar a la muerte de su padre, Akihito, para sentarse en el trono del archipiélago. Porque, en una decisión que no tiene precedente desde hace dos siglos, la Agencia de la Casa Imperial nipona anunció a través del canal de televisión nacional NHK que el actual emperador abdicará en los próximos años.

No se concretó el momento, porque requerirá una modificación legislativa para que se pueda llevar a cabo, ni se explicó la razón que ha llevado a esta decisión, pero todo apunta a que la han propiciado los problemas de salud que sufre desde que se le diagnosticó un cáncer de próstata en 2003. Nueve años después fue intervenido para hacerle un baipás coronario y el año pasado reconoció que «comienzo a sentir mi edad y a veces he cometido errores en las ceremonias».

Sin duda, ha sido uno de los emperadores más relevantes del país. Akihito, de 82 años, accedió al Trono del Crisantemo tras el fallecimiento de su padre, Hirohito, en 1989. Fue ese último quien llevó a Japón a la Segunda Guerra Mundial y quien tuvo la dolorosa responsabilidad de conceder la victoria a los aliados y de firmar la rendición del imperio del Sol Naciente. Hasta ese momento, el emperador era considerado una deidad, un hecho que contrasta con la cercanía que ha tratado de imprimir Akihito.

No en vano, el actual emperador, que ahora es una mera figura ceremonial similar a la del rey de España, ya sorprendió en 1958 al prometerse en matrimonio con Michiko Shoda, la primera mujer no aristócrata que se convierte en emperatriz de Japón. Se habían conocido un año antes en una pista de tenis, algo que hizo que la prensa presentase su relación como una fábula que, sin duda, logró una mayor conexión de la monarquía con la plebe. Mucho más adelante, ya como regente, Akihito también hizo historia al mostrar arrepentimiento por las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y, en 2011, por dirigirse a la nación en un discurso televisado tras el tsunami que provocó la actual crisis nuclear de Fukushima.

En 2009, durante una recepción en los jardines del palacio imperial, Akihito fue filmado diciendo a un responsable municipal que no era deseable que Tokio obligara a los niños a izar la bandera, cantar el himno nacional y recitar una oda al emperador. En 2001, poco antes de su cumpleaños, dijo que una parte de sus ancestros provenían de la península de Corea, una revelación que conmocionó a los nacionalistas japoneses que reivindican la «pureza» del pueblo nipón y ven en su emperador el símbolo supremo de esa supuesta característica racial.