El control de los medios, de las comunicaciones y la búsqueda de aliados exteriores, patrones comunes de todos los alzamientos militares
25 abr 2017 . Actualizado a las 12:12 h.El ejército turco asegura tener controlado todo el país y que, por tanto, el golpe de estado perpetrado durante las últimas horas de este viernes 15 de julio contra el Gobierno de Erdogan ha tenido éxito. Pero, ¿qué es un golpe de estado?
Un golpe de estado consiste en el asalto al poder político por parte de un grupo armado de ideología distinta a la del gobierno. Generalmente lo materializa una facción del ejército descontenta con el ejecutivo.
La historia está repleta de episodios de este tipo, aunque durante los últimos años la mayoría de ellos se registraron en democracias muy poco consolidadas, como en Tailandia (2006 y 2014) u Honduras (2009), o en regímenes en donde las urnas son todo menos transparentes, como Guinea-Bisáu (2012).
Los golpes de estado siempre son violentos, ya que se amenaza con el uso de la fuerza para conseguir el objetivo de asaltar al poder, aunque en algunos casos no se acabe derramando ni una gota de sangre, como sucedió el 25 de abril de 1974 en Portugal, en donde acabaron derrotando a Caetano, sucesor de Salazar, con flores dentro de los cañones de los fusiles.
Normalmente todos siguen unos patrones comunes:
El control de los medios. Las radios, las televisiones y las redacciones de los periódicos más influyentes siempre son algunos de los puntos calientes que los golpistas intentan tomar en las primeras horas. El objetivo es controlar el discurso. Airear a todo el país que el golpe ha funcionado (siempre se intenta trasladar esta idea para ganar los nada despreciables apoyos que se apuntan al caballo ganador y que pueden resultar determinantes).
El control de las comunicaciones. El control de los principales accesos a las grandes ciudades es otro de los asuntos prioritarios. Las imágenes de soldados dominando los puentes de Estambul confirman que en Turquía se ha seguido el mismo patrón. La gestión de los aeropuertos también es un asunto prioritario. El asalto de una torre de control requiere de muy pocos soldados y evita las llegadas y las salidas indeseadas por el régimen.
Búsqueda de aliados exteriores. El éxito o el fracaso de un golpe de estado también está muy condicionado por el respaldo o el rechazo que reciba de los países más influyentes del entorno. La historia también está repleta de alzamientos militares inspirados, financiados y hasta cocinados por parte de grandes enemigos diplomáticos.
En España
El último intento de golpe de estado que se registró en España fue el 23 de febrero de 1981, cuando un grupo de guardias civiles a las órdenes del teniente coronel Tejero irrumpió en las Cortes para terminar fracasando, en lo que se convirtió en uno de los episodios más conocidos de la Transición. El anterior alzamiento armado para conquistar el poder lo protagonizó el militar Francisco Franco, quien, tras tres años de guerra civil, acabó instaurándose en el poder durante cuatro décadas. Sin emabargo, estos dos, los más recientes, no han sido los únicos golpes de estado registrados en España. Los siglos XIX y XX están repletos de pronunciamientos militares de todos los colores e ideologías: la vicalvarada de 1854, el del general Pavía 20 años más tarde o Primo de Rivera, en 1923, son solo tres ejemplos en la historia contemporánea.