Alemania investiga la captación de yihadistas entre refugiados

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

FABRIZIO BENSCH | Reuters

El Gobierno germano tiene documentados 340 intentos de reclutamiento entre demandantes de asilo

15 ago 2016 . Actualizado a las 09:39 h.

Entre los yihadistas cobra fuerza una tendencia relativamente nueva: el reclutamiento de milicianos entre los demandantes de asilo. «Hasta ahora hay más de 340 casos de los que hemos tenido conocimiento. Probablemente haya más», explicó el presidente de los servicios secretos de interior alemanes, Hans-Georg Maassen. En ocasiones, los salafistas se desplazan hasta los albergues para promocionarse. Pero otras muchas, son los propios refugiados, a menudo hombres jóvenes de confesión suní, los que acuden los viernes a rezar a las mezquitas de habla árabe de Alemania, que sirven de tapadera a muchos islamistas. «Constituyen el preludio de la radicalización. Por ello hemos puesto bajo vigilancia a un gran número de ellas», subrayó Maassen.

El otro gran reto para las autoridades reside en identificar a los llamados lobos solitarios, aquellos que se han radicalizado solos o que han recibido instrucciones, como los autores de los atentados de Niza, en Francia, y de Wurzburgo y Ansbach, en el sur de Alemania. «Ahí necesitamos a la sociedad para que observe cambios. Por ejemplo, cuando una persona tenga en la pantalla de su móvil una bandera del EI», reclamó el responsable de los servicios secretos.

Por su parte, el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, pidió a los estados federados que amplíen sus fuerzas de seguridad, siguiendo el ejemplo del Gobierno, que ha creado 4.600 nuevas plazas en 4 años, 3.250 de ellas para policías. Sin embargo, el jefe del sindicato federal de la policía, Rainer Wendt, insiste en que, dada la creciente amenaza terrorista, no puede garantizar la seguridad de la población. «En Alemania los criminales se sienten cómodos. Los procesos judiciales se frenan por razones económicas», denunció, aunque dijo comprender, pero no aplaudir, que los ciudadanos vayan armados habitualmente para su autoprotección. Según una encuesta reciente, el 55 % de los alemanes considera que los políticos no se esfuerzan lo suficiente por mantener su seguridad.

El brazo largo de Erdogan

En lugar de ello, Alemania parece estar más ocupada estos días en tratar de evitar que el brazo largo y autoritario del presidente turco alcance al país. Por eso, varios diputados cuestionaron a la mayor asociación islámica de Alemania, Ditib, que colabora con la autoridad religiosa turca Diyanet. «Políticamente Ditib es y seguirá siendo neutral», pues no recibe financiación de Tayyip Erdogan, se defendió el portavoz de la asociación, Zekeriya Altug ante las dudas sobre a financiación de su organización.