Colombia vive el primer día del fin de la guerra con las FARC

Sandra López BOGOTÁ / LA VOZ

INTERNACIONAL

JOHN VIZCAINO | reuters

La guerrilla revela las coordenadas de sus escondites como garantía de la paz

30 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de 52 años, Colombia despertó ayer sin la preocupación de tener que combatir en algún frente con las FARC. A las doce de la madrugada de ayer, el grupo armado silenció sus armas. Las Fuerzas Armadas colombianas tampoco les atacarán más. Todo cumpliendo las órdenes de alto el fuego definitivo dadas hace unos días por el presidente Juan Manuel Santos y del máximo líder de los insurgentes Rodrigo Londoño, alias Timochenko.

La noticia fue celebrada en cientos de poblaciones que han sufrido las consecuencias de la guerra. Todas viven con la expectativa de no volver a convivir con ella. Desde Toribío-Cauca, el pueblo más hostigado por las FARC, su alcalde Alcibiades Escué dice a La Voz que la paz es esperada con ansia. «Nosotros sabemos lo duro que es sufrir las consecuencias del conflicto. Acá se han presentado más de 17 tomas guerrilleras, más de 1.900 hostigamientos y ataques a la población civil, se ha destruido el pueblo. Sentimos una gran satisfacción y estamos esperanzados. El fin del conflicto permitirá con toda la seriedad qué se requiere el inicio de la reconstrucción territorial, económica y social de nuestro municipio».

Protocolo

Solo unas horas después de que finalizará «el último día de la guerra», como anunció Timochenko, el comandante de las Fuerzas Militares, el general Juan Pablo Rodríguez, explicó que para el desarrollo del cese del fuego «hay un protocolo que rige desde medianoche de ayer. En este documento hay unas obligaciones que tienen que cumplir ambas partes. Aquí no estamos improvisando. Tendremos una ayuda del sistema de seguimiento y verificación». En ese sentido, añadió que existe además un compromiso de las FARC de revelar las coordenadas donde se encuentran sus campamentos y estructuras de frentes.

El alto comisionado por la paz, Sergio Jaramillo, no ocultó su satisfacción: «Estamos viviendo un momento extraordinario en nuestra historia. El comienzo del alto el fuego bilateral definitivo (?) En estos diez años murieron 3.000 soldados cumpliendo con su deber y cientos de nuestros policías asesinados por las FARC. Esto termina el día de hoy. Son muchas vidas humanas que se van a salvar».

Aunque reconoció que hay «riesgo de que un pequeño grupo de las FARC se declare en disidencia», dijo que «tanto las Fuerzas Militares como la Policía Nacional están atentas para enfrentar a esos grupos minoritarios».

Después del alto el fuego, las FARC se preparan para realizar, entre el 13 y 19 de septiembre, su décima y última conferencia. Unos 500 delegados llegarán a las selvas del Yarí desde diferentes puntos del país. Allí los líderes de la guerrilla informarán sobre lo acordado con el Gobierno para que sea transmitido a la tropa. Al mismo tiempo los guerrilleros se reafirmarán en su renuncia a la lucha armada y darán los primeros pasos para convertirse en partido político.