Renzi apela a los alcaldes para revertir lo que dicen los sondeos
29 nov 2016 . Actualizado a las 07:25 h.Entra en la última y decisiva semana la ya larga campaña del referendo constitucional italiano del próximo domingo, y lo hace con los partidarios del sí y los del no enfrentados para conquistar al alto número de indecisos que señalaban las últimas encuestas publicadas hace diez días, antes de quedar prohibidas. La victoria del no parecía segura entonces, pero la incertidumbre sobre el resultado tiene en vilo al país, un temor que se evidenciaba ayer con los malos resultados de la bolsa italiana y de los mercados financieros.
Desde el Gobierno se intentan todas las tácticas para sacar adelante una reforma constitucional de la que depende el futuro político de Matteo Renzi, que se vería en una difícil situación si se impone el no, tal vez obligado a dimitir. Tiene en contra que la campaña se ha centrado en juzgar su gestión como jefe del gobierno y que en pocos debates se habló de los cambios que introduce la reforma. Además de recorrer Italia de norte a sur, Renzi confía en el respaldo de los alcaldes del Partido Democrático. A tan solo 5 días del voto, con la campaña «Basta un sindaco» [Es suficiente con un alcalde] intenta movilizar a los regidores para que consigan apoyos a favor de la reforma.
La maniobra, denunciada por el Movimiento 5 Estrellas (M5E), que insiste en que la ley prohíbe utilizar estructuras públicas para este tipo de iniciativas, ha traído consigo las polémicas. La más grave la desató el presidente de la región de Campania, Vincenzo De Luca, que invitó a los alcaldes a apoyar el sí porque con el gobierno de Renzi «llega un montón de dinero» a los ayuntamientos.
La campaña se caracterizó por el intercambio de insultos y descalificaciones, sobre todo por parte de Beppe Grillo, líder de M5E, que comparó a Renzi con «una cerda herida atacando a quien se le pone delante». La pasada semana causó mucho alboroto también el semanario inglés The Economist que, en un largo artículo, explicaba las razones por las que Italia debería votar no a la reforma que propone Renzi, cuya política recibía además un duro varapalo. A su juicio, el Ejecutivo italiano ha desperdiciado dos años para dedicarlos a una reforma que califica como «no importante». Asegura que la dimisión de Renzi no sería «la catástrofe que muchos temen en Europa» porque un gobierno técnico «ya se ha hecho muchas veces en pasado».
En medio de la lucha por el liderazgo de la derecha, Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, dijo que aunque él votará no, su empresa, Mediaset, apoya el sí «porque teme la venganza del Gobierno». Para el ex Cavaliere, esta reforma es «absurda, inaceptable, intolerante» y ha sido «construida como un traje a la medida de Renzi». Por su parte Matteo Salvini, que aspira a suceder a Berlusconi al frente de la derecha, aprovechó su gira electoral para encontrarse con Marion Le Pen, la sobrina de Marine, con la que le une además de la amistad la política anti europeísta: «nuestro no es un no a ser esclavos de Europa», dijo.