El Pentágono supedita su lealtad a la OTAN al aumento del gasto de sus aliados

INTERNACIONAL

Stoltenberg insta a los europeos a convertir la defensa en una prioridad por encima de sanidad o educación
16 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Bruselas. Escenario perfecto para sellar la reconciliación entre Estados Unidos y los aliados de la OTAN después de que el presidente Donald Trump tachase a la organización de «obsoleta». Con esa intención recibieron este miércoles los socios de la Alianza al nuevo jefe del Pentágono, el general retirado James Mattis. La alegría duró poco. El estadounidense aterrizó con un ultimátum bajo el brazo y reafirmando la amenaza deslizada por Trump: o los europeos comparten la carga del gasto militar o se acabó la cooperación estrecha. «La Alianza es un pilar fundamental para nosotros», admitió en público, pero a puerta cerrada se despachó a gusto: «El contribuyente de Estados Unidos ya no puede cargar con una desproporcionada participación en la defensa de los valores occidentales (...) No podemos preocuparnos más que vosotros por la seguridad futura de vuestros hijos», reprochó a los ministros de Defensa europeos.
Sus palabras hicieron entrar en pánico al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien trató de convencer a las capitales de la necesidad de acelerar los planes de aumento del gasto militar a corto plazo y «repartir de forma más justa la carga». El noruego fue más allá e instó a los Gobiernos europeos a convertir la defensa en su principal objetivo: «Hay quienes prefieren gastar en educación, sanidad. Otros prefieren bajar impuestos. Es una decisión política. A veces tienes que saber cuándo invertir en seguridad tiene mayor prioridad».
El discurso de Mattis ha dejado temblando a los socios de la Alianza y no es más que el reflejo de la nueva realidad política que se está gestando en la Casa Blanca. El equipo de Trump ha dejado claro que no asumirán el total de la factura «por defender la libertad».
La seguridad de los aliados sigue estando contra las cuerdas. En el último año la OTAN ha visto cómo los ciberataques «sofisticados e intensos» a su red aumentaron un 60 %. «Tenemos informes que señalan a Rusia está detrás de buena parte de ellos», aseguró Stoltenberg. Moscú sigue siendo el principal quebradero de cabeza para los países europeos. Temen que el Kremlin contamine las elecciones en los Países Bajos, Francia y Alemania, o que vuelva a hacer incursiones en territorios ajenos. Los líderes recelan de la complicidad entre Trump y Putin. Mattis trató de despejar las dudas: «Nos defenderemos si Rusia elige actuar de forma contraria a la ley internacional».
Tres citas y un tema: ¿Cuál será la política exterior de Trump?
La Unión Europea asiste con ansiedad contenida a las últimas maniobras de Donald Trump. Nadie sabe a ciencia cierta cuáles son sus intenciones ni cuál es su estrategia en política exterior. Los 28 tienen la oportunidad estos días de desnudar sus planes en las tres citas que mantendrán con sus hombres de confianza.
Además de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN con Mattis en Bruselas, hoy los titulares de Exteriores se sentarán a la mesa con el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien acude a la llamada del G20 en Bonn (Alemania). Los ojos están puestos en el cruce de palabras que mantendrá con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Será el primer encuentro entre un representante del Gobierno de Trump con un ministro ruso.
El tour se cerrará por todo lo alto el sábado en Múnich. Al menos 80 ministros de Defensa y 30 jefes de Estado aguardan expectantes la intervención del vicepresidente Mike Pence en la Conferencia de Seguridad.