«No quieren más elecciones porque saben que la derrota será aún peor»

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CARLOS GARCIA RAWLINS | REUTERS

«La crisis empezó cuando la fiscal dijo que se estaba dando un golpe de estado», dice la gallega Marina

03 may 2017 . Actualizado a las 07:15 h.

¿Cómo llegó a esta situación de máximo deterioro democrático Venezuela, el país más próspero de Latinoamérica durante 50 años, y qué ha pasado durante estos últimos meses? Hay una respuesta por cada caraqueño, pero hay tres unanimidades: Una es la elección de la Asamblea Nacional en el 2015, en la que los venezolanos le dieron dos tercios de representación política a la oposición (y el no reconocimiento de esa elección por parte de Nicolás Maduro, a través del Tribunal Supremo de Justicia); el segundo momento definitivo es el de la publicación de la sentencia 156 de ese tribunal, el 28 de marzo, en la que se traspasan las competencias parlamentarias al propio máximo juzgado; y el tercero es la declaración del pasado 3 de abril de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, de que esa sentencia supuso «una quiebra del orden constitucional» y desató la protesta popular en todo el país.

Hortensia Menéndez, hija de ourensanos, de 52 años y regente de una mercería en la zona de Candelaria, antiguo barrio gallego de Caracas, señala que «el problema fue haber elegido a (Hugo) Chávez, pero digamos que el problema de ahora es que sencillamente Maduro y los chavistas no quieren reconocer que perdieron la Asamblea Nacional porque no se esperaban una derrota tan impactante. Y ahora Maduro no quiere hacer ninguna otra elección, porque sabe que la pierde más feo» (peor).

Ignacio Camacho, hijo de peruano y venezolana, señala que «desde que perdieron las elecciones, nombraron nuevos magistrados del Supremo solo para poder hacer la trampa que están haciendo ahora. Los venezolanos votaron por unos diputados y Maduro no los quiere dejar actuar. Es un golpe de estado».

En sus últimos días y en abierta violación de los procedimientos legales, la Asamblea Nacional entonces presidida por Diosdado Cabello eligió 13 magistrados principales y 21 suplentes del TSJ, que son los que han elaborado las 56 sentencias con las que han anulado al Parlamento en los últimos 15 meses, llegando a la última, la 156, que elimina completamente sus atribuciones.

En la Hermandad Gallega de Caracas, Marina González, de 37 años, cree que «la crisis de verdad comenzó cuando la fiscal dijo que lo que había hecho el Supremo era un golpe de estado. En la oposición, estábamos desanimados y parecía que íbamos a dejar que nos hicieran eso también. Pero cuando los países comenzaron a decir que esa sentencia era inaceptable y luego habló la fiscal, nos dio fuerza para salir, y ahora tenemos arrinconado al Gobierno».

Controvertida decisión

«Ahora han ido todavía más allá», afirma Lester Hurtado, de 24 años, en el centro de Caracas. «De verdad que esta decisión de Maduro no tiene ni pies ni cabeza. Si quieren hacer una asamblea constituyente, que convoquen elecciones. Pero eso no lo van a hacer, porque no quieren perder y entonces inventaron una constituyente que ellos puedan controlar».

«Eso es algo que tenemos que desobedecer. No queremos cambiar la Constitución, queremos cambiarlos a ellos. Yo era chavista, pero creo que ya está bien de revolución. Ya es hora de que llegue otra gente, con otras ideas, porque de verdad que la estamos pasando bastante mal», indicó Parmenia de Pérez, de 62 años, en el centro de Caracas.