Pide a los colombianos que rehúyan la tentación de venganza
08 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Pese al empeño de la Iglesia en definir como simplemente apostólica la visita del papa Francisco a Colombia, el país sudamericano la está interpretando en clave política de forma casi unánime. El Vaticano apoya el proceso de paz, lo cual supone un espaldarazo para la gestión del presidente Juan Manuel Santos, principal impulsor de los acuerdos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), cuya popularidad se encuentra en horas bajas no solo por la oposición que registra el pacto, sino también por las acusaciones de corrupción que pesan sobre las campañas electorales que lo llevaron al poder.
Ajeno a ello, Francisco volvió a reiterar su posición durante un encuentro celebrado con el mandatario. «Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses solo particulares y a corto plazo», señaló refiriéndose a la paz.
La Iglesia adoptó un papel relevante en las negociaciones de La Habana con las FARC y podría ser una de las instituciones que certifique el cese al fuego bilateral entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se iniciaría en octubre en el marco de las negociaciones que ambas partes mantienen en Quito. Pero dichos debates también han sido muy criticados. Colombia es en estos días un país muy polarizado en torno al acuerdo con las FARC, rechazado hace solo once meses por apenas 50.000 votos en un referendo. Quienes apoyaron el no en ese plebiscito están liderados por el ex presidente Uribe, con fuertes apoyos en sectores religiosos.
Esa polarización se está dejando ver en la visita de Francisco. Santos y Uribe se las han arreglado para no verse las caras durante el viaje oficial, en el que el Papa visitará Bogotá, Villavicencio, donde se celebrará un encuentro entre dos víctimas del conflicto armado y dos de los victimarios, Medellín y Cartagena. Uribe ha anunciado que irá al acto de Medellín, pero ha querido dejar su huella enviando una carta al pontífice expresando sus «preocupaciones». El ex presidente destacó el crecimiento del narcotráfico y la impunidad que, según él, destila el acuerdo de La Habana con la guerrilla. Eso, a pesar de que hace poco más de dos semanas había anunciado que dejaría de lado la política mientras que Francisco estuviese en el país.
Bandera venezolana
La vertiente política de la visita papal no se ciñe solo al proceso de paz en Colombia. La crisis económica y política en Venezuela está centrando también los comentarios en torno al viaje. Ayer, por ejemplo, se dio una imagen muy simbólica en un acto celebrado en la Plaza Bolívar, centro neurálgico de Colombia. Un niño pudo acercarse al papa y le entregó una bandera venezolana, que este recogió de buena gana. Ya antes de aterrizar en Colombia, anteayer, Francisco pidió una oración para que en Venezuela «pueda haber diálogo» y «una buena estabilidad». No será su único gesto. También estaba prevista una reunión en privado con cinco obispos venezolanos. Su mensaje será mirado con lupa tanto en Colombia como en Venezuela.