Mil días preso esperando un juicio que no llega

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CRISTIAN HERNÁNDEZ

La defensa del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, sostiene que, más que detenido, se encuentra secuestrado

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin haber tenido todavía, en casi tres años, su primera audiencia ante un tribunal tras su detención, el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, cumplió ayer mil días preso tras ser acusado en 2015 de «conspiración» y «traición a la Patria» por el Gobierno de Maduro, y siendo considerado tanto en Venezuela como por buena parte de la comunidad internacional como uno de los 342 presos de conciencia que, según el Foro Penal Venezolano, hay en ese país.

Del tiempo que lleva detenido, Ledezma ha pasado un año en la cárcel, y desde 2016, en arresto domiciliario, sin poder usar redes sociales ni declarar a medios de comunicación. A través de la cuenta de Twitter del alcalde, su esposa, Mitzy Capriles, señaló que «sin pruebas, sin haber cometido ningún delito, el régimen lo confina a su detención por ser una piedra en el zapato con su discurso».

Sus partidarios impulsaron en la red social la etiqueta #Ledezma1000DiasPreso para denunciar la irregularidad de su caso, que comenzó el 18 de febrero de 2015 (exactamente un año después de la detención de Leopoldo López, el preso político más conocido de Venezuela), cuando fue arrestado en su oficina particular en el centro de Caracas, a la que había sido relegado luego de que la Alcaldía Metropolitana, que ganó por elección popular en 2009 y retuvo en 2013, fuese despojada de sus atribuciones por el Parlamento que controlaba el chavismo.

La defensa del alcalde señala que durante los 33 meses que lleva preso, sus audiencias han sido diferidas en diez oportunidades, y en todo 2017, ni siquiera se ha anunciado el comienzo del juicio. El Código Orgánico Procesal Penal venezolano establece que el plazo máximo de detención de una persona sin comienzo de su proceso judicial es de tres meses. Sus abogados han señalado que, por lo tanto, el caso de Ledezma no es una detención, sino un secuestro.

El lapso que lleva preso el alcalde caraqueño fue conmemorado por sus copartidarios de Alianza Bravo Pueblo (ABP), partido socialdemócrata creado por Ledezma; pero prácticamente ignorado por el resto de la oposición, para la cual, el político se ha vuelto casi tan incómodo como para el chavismo por sus posiciones de línea dura. De hecho, los parlamentarios de ABP, junto con los de Vente Venezuela, partido dirigido por María Corina Machado, aliada de Ledezma, se deslindaron el martes del resto de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y conformaron una fracción parlamentaria independiente, denominada 16 de Julio, por la fecha del referendo simbólico que la oposición realizó para exigir elecciones libres e independientes en Venezuela. Richard Blanco, diputado y portavoz de ABP, señaló ayer que la nueva plataforma es «altamente opositora» y «no está dispuesta a escuchar a otros opositores que no digan las cosas cómo son».

Criticó el silencio de la MUD con respecto a la detención de Ledezma, y agregó que «lamentablemente, y hay que decirlo, la MUD ha fallecido», aunque matizó señalando que «la MUD es una cosa y la unidad opositora es otra, y esa permanece».