El submarino San Juan «explotó» el 15 de noviembre

EFE / Europa Press

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La búsqueda prosigue y aún no se saben las causas que podrían haber desencadenado la explosión

24 nov 2017 . Actualizado a las 08:00 h.

La Armada Argentina aseguró este jueves que se registró un «evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión» en la zona en la que el submarino argentino San Juan desapareció hace ocho días en el océano Atlántico con 44 tripulantes a bordo. Según el capitán de navío Enrique Balbi, el embajador de Argentina en Austria, Rafael Grossi, experto nuclear, señaló en una comunicación con el Gobierno que la «anomalía hidroacústica» registrada el miércoles 15 de noviembre en la zona en la que se reportó por última vez el sumergible, fue «un evento anómalo singular corto violento y no nuclear consistente con una explosión». El pasado lunes, el capitán de navío Gabriel Galeazzi explicó a la prensa que el miércoles de la desaparición el submarino había comunicado que había sufrido una avería eléctrica en sus baterías, algo que, según dijo en ese momento la fuerza argentina, no tendría por qué haber afectado al funcionamiento del submarino. En conferencia de prensa en la sede central de la Armada, en Buenos Aires, Balbi pidió «prudencia» por «respeto a los familiares» y aseveró que «hasta no tener certezas u otros indicios» se va a continuar con «el esfuerzo de búsqueda del submarino y los 44 tripulantes», en el que están participando hasta 13 países. Según se había adelantado ayer, el 15 de noviembre, y apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, se detectó una «anomalía hidroacústica» o «ruido» cerca de donde se reportó por última vez su ubicación, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.

Tras recolectar esa información y hacer un análisis en EE.UU., se determinó avanzar en ese «indicio oficial», por lo que a lo largo de la madrugada se desplazaron hasta la zona varias unidades de diferentes nacionalidades para tratar de localizar al submarino, algo que todavía no se ha conseguido. En este sentido, Balbi señaló que ese indicio se confirma con la información facilitada por el embajador en Austria, que es miembro de la organización de control de pruebas nucleares, que vela por la «no realización» de ensayos nucleares.

El portavoz del cuerpo castrense explicó que esta mañana se reunió con el jefe de la Armada, Marcelo Eduardo Hipólito Srur y el ministro de Defensa, Oscar Aguad «actualizando toda la información recibida desde anoche a la fecha». Es en ese momento que a las 10,15 hora local de hoy se recibió desde Austria la información de Grossi, que se la transmitió telefónicamente al canciller, Jorge Faurie, quien a su vez se la contó a Aguad.

La Organización para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) informó en Viena de «una señal inusual en las cercanías de la última posición conocida del submarino argentino desaparecido San Juan». Dos estaciones hidroacústicas de la CTBTO detectaron «un evento impulsivo subacuático» que ocurrió el 15 de noviembre en la latitud -46,12 grados y la longitud -59,69 grados, indicó ese organismo de la ONU en un comunicado remitido a Efe. 

El capitán de navío Enrique Balbi, portavoz de la Armada argentina
El capitán de navío Enrique Balbi, portavoz de la Armada argentina Carlota Ciudad | EFE

El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como cometido participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval. Fue el viernes pasado cuando la Armada Argentina confirmó que el submarino reportó por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que, pasadas 48 horas sin tener comunicación con la nave, se resolvió activar el protocolo de búsqueda. Hasta ahora, no ha habido ni un solo rastro del sumergible y las familias de los tripulantes aguardan noticias, con esperanza e incertidumbre, en la Base Naval de Mar del Plata.

Las familias, enfurecidas

Itati Leguizamón, esposa de uno de los tripulantes de submarino San Juan
Itati Leguizamón, esposa de uno de los tripulantes de submarino San Juan Mauricio Arduin | EFE

La esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino San Juan dijo sentirse «engañada» porque la Armada no informó hasta este jueves de la supuesta explosión ocurrida en la zona donde fue localizado por última vez. «No dieron ninguna explicación, según ellos lo saben ahora, pero ¿cómo lo van a saber ahora?», señaló Itatí Leguizamón, esposa del operador de radar Germán Oscar Suárez, en declaraciones a la prensa en la base naval de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, adonde debería haber llegado el buque el pasado lunes y donde permanecen desde el fin de semana los familiares de los submarinistas.  «No dijeron que están muertos, pero es una suposición lógica, desde el miércoles están ahí», aseguró antes de considerar que las autoridades que se comunicaron con ellos estos días son unos «perversos» que «manipularon» a las familias.

La última falsa alarma

Horas antes se había descartado que el objeto localizado en la región atlántica en la que desapareció hace ocho días el submarino de la Armada argentina San Juan se correspondiese con el buque, según ha aclarado una portavoz de la Embajada de Estados Unidos en el país sudamericano. Durante un vuelo del operativo de búsqueda, el P-8A Poseidón de la Marina norteamericana recibió un aviso de una imagen satelital que lo llevó a cambiar su rumbo a máxima velocidad. El avión a cargo del comandante de la misión Zachary Collver detectó el objeto en una zona cercana al talud continental, aunque no pudo identificarlo. «No es el submarino», ha aclarado una portavoz diplomática en un correo electrónico enviado este jueves a la agencia Reuters. En este sentido, los análisis realizados apuntan que el objeto podría ser en realidad un monte submarino.

Cristina Fernández auguró en el 2011 «treinta años de vida útil»

Un discurso de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), pronunciado en el 2011, saltó a la actualidad al augurar «una vida útil de más de 30 años» para el submarino San Juan. «Hoy estamos terminando lo que se denominan los trabajos de media vida de este submarino (...) y en diciembre pato al agua, funcionando», aseguraba Fernández de Kirchner en septiembre del 2011 durante el acto por la finalización de la primera etapa de reconstrucción del submarino San Juan. «Una puesta a nuevo que nos permitirá una vida útil de más de 30 años para este submarino San Juan», agregaba la mandataria con «gran orgullo» por la reactivación de la industria naval argentina y ajena al drama en el que viven inmersos los argentinos desde hace más de una semana.

En ese momento, para la reparación del submarino San Juan, de fabricación alemana incorporado a la Armada argentina en 1985, fue necesario cortar literalmente por la mitad la nave y realizar más de 429 trabajos para los que se emplearon 250 mil horas.