El Reino Unido ya está fuera del plazo para pasar a la siguiente fase del «brexit»

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

TOLGA AKMEN | AFP

Solo la voluntad política de los líderes europeos puede abrir la puerta a las negociaciones de la futura relación entre el Reino Unido y la UE

06 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tarde. Reino Unido ha dejado expirar la fecha límite concedida por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para alumbrar una propuesta lo suficientemente ambiciosa para abrir las puertas a la segunda fase de negociación del brexit. Las triquiñuelas y regates del negociador británico, David Davis, y el afán de la primera ministra, Theresa May, por exprimir el reloj han dejado a su país sin tiempo extra.

Londres mira ahora a Bruselas y pide una última oportunidad. Una nueva propuesta está en camino después de que la «definitiva» volase por los aires el martes por el rechazo de los unionistas irlandeses (DUP) a contar con un estatus especial post-brexit, requisito indispensable para mantener una frontera invisible con la República de Irlanda. ¿Todavía están a tiempo? «¡De hecho, ya llegan tarde! Así que no tiene sentido hablar de días o plazos límites», aseguran fuentes del Consejo.

En términos de procedimientos técnicos, ya no es posible valorar y dar luz verde a una nueva propuesta de acuerdo sobre las tres grandes prioridades a resolver: Los derechos de los ciudadanos desplazados, la factura del brexit y la solución para la frontera entre las dos Irlandas. Así que el futuro de los planes de May está en manos de los 27. Solo la voluntad política de los líderes europeos puede abrir la puerta a las negociaciones de la futura relación entre el Reino Unido y la UE en la cumbre europea del próximo 15 de diciembre . Un paso crucial a las puertas del 2018. Los británicos deberán abandonar el bloque el 29 de marzo del 2019 y solo la negociación de una prórroga de dos años puede conceder al Gobierno de May un poco del oxígeno que necesitará para adaptarse a su nuevo estatus sin saltar al vacío.

En la lista de deseos navideños de la premier está ablandar a los socios más reacios (Alemania y Francia). En cuanto la nueva propuesta pase por las manos del negociador europeo, Michel Barnier, y cuente con su sello, Tusk podrá enviar a las 27 delegaciones europeas sus nuevas directrices para pasar a la segunda fase. Lo que pase en los cuarteles nacionales es una incógnita.

Es lo más parecido a resolver un Cubo de Rubik con los ojos cerrados. «Necesitarán mucha voluntad para poder decidirlo», admiten fuentes diplomáticas. Y no solo eso. La sustancia tiene que convencer. La frontera irlandesa no es el único obstáculo que se interpone entre los británicos y la segunda fase. El rechazo del Reino Unido a aceptar la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) es otro fleco al aire que deberán enmendar cuanto antes. «Este no es el final del juego. Si no tenemos directrices para la cumbre de diciembre, continuaremos el trabajo», se resignan fuentes del Consejo.