Es favorito en las primarias que celebran hoy Los Republicanos
10 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Los Republicanos (LR) elegirán hoy a su nuevo líder con el que esperan salir de la crisis interna que desató la derrota en las elecciones presidenciales. Los 234.556 militantes derechistas votarán en línea entre los herederos de los antiguos barones del partido: Florence Portelli, cercana a François Fillon, Maël de Calan, exportavoz de Alain Juppé, y Laurent Wauquiez, fiel a Nicolas Sarkozy e indiscutible favorito. Pese a no contar aún con un programa electoral, el presidente de la región de Auvernia-Ródano-Alpes ya ha hecho una promesa ambiciosa: el «renacer» de una derecha «realmente de derechas».
Con su victoria dada por hecho dentro del partido, voces disonantes han comenzado a alertar del viraje hacia la extrema derecha que prepara. Wauquiez, si bien sarkozysta, no dudará en ir más allá de la derecha dura del expresidente e incluso del ultraconservadurismo de Fillon. A ojos del exministro de Educación, LR debe adentrarse en la extrema derecha para recuperar a los votantes que les arrebató el Frente Nacional (FN) en las presidenciales. «Quiero hablar a aquellos a los que hemos decepcionado y que han votado por el Frente Nacional», declaró en un mitin en París del 20 de noviembre. «Porque no hay un 35% de fascistas y extremistas en Francia, porque muchas veces son personas que piensan que el problema de la derecha no es que diga demasiado, es que hace poco cuando está a cargo», aseguró.
El FN ve en el candidato derechista una posible salvación a la crisis que atraviesan, hasta tal punto de que Marine Le Pen le invitó a «salir de la ambigüedad» para «proponer(le) una alianza política». Wauquiez respondió con una negativa, pero sus rivales estiman que la permeabilidad con la ultraderecha aumentará bajo su presidencia. «En la fachada exhibe su voluntad de jamás hacer una alianza y un día puede que la acepte; esa es la duda insoportable de todos los republicanos», lamentó Valérie Pécresse, presidenta de Isla de Francia, en una entrevista con Le Monde.
Tras el fracaso en las presidenciales, Sarkozy, Fillon y Juppé, hasta entonces los principales barones de LR, desaparecieron a la vez que una hemorragia de diputados alimentó las filas de En Marcha en el Parlamento. Aún siendo el partido menos afectado por la irrupción de Macron en cuestión de escaños, la derecha tradicional, huérfana de líderes, no logra proclamarse principal opositor al gobierno centrista.
El resultado de hoy determinará la estrategia de LR para salir de la dura crisis de identidad que está atravesando. Con la escisión de un grupo de diputados para crear su propia agrupación, más moderada, la unidad de LR está en solfa. No obstante, la cúpula teme encontrarse con una participación mermada que no avale al nuevo presidente como único líder del partido. Pese a la importancia de los comicios, después tres años de derrotas, escándalos y elecciones, los militantes derechistas están decepcionados y cansados.