El Constitucional abre la vía a la destitución de Zuma

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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WIKUS DE WET | Afp

Obliga al Parlamento sudafricano a redactar reglas para cesarlo

30 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El fin de año se le está atragantado a Jacob Zuma. A la derrota hace dos semanas de su favorito a sucederle al frente Congreso Nacional Africano (CNA), se une ahora una sentencia del Constitucional que podría provocar su destitución como presidente de Sudáfrica, antes de finalizar su mandato en el 2019, por uno de los muchos casos de corrupción que le persiguen desde su llegada al poder hace ocho años. El alto tribunal dictaminó ayer que el Parlamento deberá redactar las reglas para el procedimiento de destitución de Zuma tras fracasar en su deber de exigir a este responsabilidades por pagar con dinero público una ampliación de su residencia privada.

«Hemos concluido que la Asamblea Nacional no consiguió que el presidente rindiera cuentas», sentenció el juez Chris Jafta, en un dictamen respaldado por la mayoría. El tribunal dictaminó que el Parlamento no fue capaz de determinar si el presidente había violado el artículo 89 de la Constitución con sus actos y, por lo tanto, no consiguió establecer unas reglas que regulasen su destitución.

La oposición había recurrido en septiembre al Constitucional, al entender que la presidenta del Parlamento, Baleka Mbete, debió haber creado una comisión para iniciar el proceso de destitución del presidente después de que este violara la Constitución al hacer caso omiso a las recomendaciones de la fiscalía anticorrupción en el 2014.

Cambio de tendencia

Ni la inestabilidad social, con multitudinarias protestas en abril pidiendo su dimisión, ni las distintas mociones de censura de la oposición han logrado tumbar al presidente Zuma, gracias al respaldo de la mayoría parlamentaria del Congreso Nacional Africano (CNA). Sin embargo, la Justicia retomó su caso contra Zuma con la restauración de unos 800 cargos por corrupción que le fueron retirados antes de ser presidente y, más recientemente, obligó también a investigar las acusaciones contra él por favorecer desde el Gobierno a una familia de empresarios afines.

En el caso de su residencia privada de Nkandla se acusa a Zuma de financiar con dinero público los 23 millones de dólares que costó una reforma faraónica (incluyó un anfiteatro, una piscina, un establo para vacas, una clínica y dos helipuertos), que el presidente trató de justificar como necesidades de seguridad.

En medio de los escándalo, el CNA eligió este diciembre como su nuevo líder al vicepresidente Cyril Ramaphosa, que derrotó a la expresidenta de la Unión Africana Nkosazana Dlamini-Zuma, exesposa de Zuma. Ramaphosa está obligado a limpiar la imagen del partido en el año en que se conmemora el centenario de Nelson Mandela.