A Rodrigo Londoño, más conocido como Timochenko, la salud le está jugando una mala pasada que podría malograr su deseo de participar en las presidenciales de Colombia el próximo mayo. Ayer, después de que saliera sin contratiempos de una cirugía de cinco horas a corazón abierto, la dirección de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, el partido que asume las siglas de la antigua guerrilla, calificó de «especulación» su retirada, pero los más de dos meses que necesitará para la recuperación harían prácticamente imposible que participe en la campaña.
La clínica de Bogotá donde fue intervenido informó de que al último jefe de la guerrilla que firmó la paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos se le diagnosticó, junto con la dolencia cardíaca, una «enfermedad pulmonar crónica» y una «obstrucción de la arteria cerebral interna derecha».
Timochenko sintió dolores en el pecho el 1 de marzo en Fusagasugá, a 70 kilómetros de la capital y fue trasladado de urgencia a Bogotá, donde le hicieron un cateterismo que recomendó la operación porque tenía todas las arterias principales tapadas. La intervención se retrasó hasta que ayer lograron estabilizarlo. Es el tercer episodio grave que sufre ya que tuvo un infarto mientras negociaba la paz en Cuba, adonde podría regresar para recuperarse.
El consejo político de FARC está reunido desde anteayer ante la incertidumbre. Prevalece la intención de inscribir a Timochenko junto a Imelda Daza como candidata a la vicepresidencia, para la primera vuelta de las presidenciales. Pero podrían definir una fórmula de reemplazo con Pastor Alape, uno de los negociadores de La Habana, y Daza, ya que otros dirigentes con más jerarquía concurren ya a las elecciones al Congreso este domingo.