Kim Jong-un y Moon Jae-in se comprometen a desnuclerizar la península de forma gradual
27 abr 2018 . Actualizado a las 23:52 h.Entre abrazos, sonrisas y una agenda cargada de simbolismo las dos Coreas escribieron el primer capítulo de su nueva era. En la primera cumbre que ambos territorios celebran desde hace 11 años, Kim Jong-un y Moon Jae-in, se comprometieron a avanzar en la desnuclearización del régimen de Piongyang, un acuerdo que se interpreta como el inicio del deshielo en las relaciones entre dos territorios que siguen técnicamente en guerra desde 1953 y que hace solo seis meses estuvieron al borde de un conflicto nuclear.
«No habrá más guerra en la península. Con esta declaración abrimos una nueva era», aseguró el presidente surcoreano en el discurso junto a Kim Jong-un al término de las negociaciones. Esta comparecencia bajo la escalinata que da acceso a la Casa de la Paz era la primera intervención en directo para el líder norcoreano, acostumbrado a dar discursos grabados y editados convenientemente en su país.
Enfundado en un traje tipo Mao, el joven dictador mostró su voluntad para que este encuentro sea el primer paso firme de otros que vendrán. «No volveremos a incumplir acuerdos como sucedió en el pasado», declaró. «Somos la misma gente y tenemos la misma sangre, una familia que no puede separarse. Espero que podamos vivir en paz muy pronto», añadió.
La jornada estuvo marcada por una fuerte carga emotiva y por el enorme simbolismo de cada acto programado. Desde el saludo inicial justo sobre la línea que divide ambos territorios hasta la plantación de un pino representativo de las dos Coreas y que brotó en 1953, el mismo año que acabó la guerra. Kim Jong-un y Moon Jae-in lo abonaron y lo regaron con agua de dos ríos, uno del norte y otro del sur. A pesar de la planificación al milímetro, hubo lugar para la improvisación cuando nada más saludarse Moon preguntó a Kim cuándo podría visitar el Norte y el dictador le agarró la mano e invitándolo a cruzar le dijo «este es un buen momento para que vengas».
Tras firmar una declaración conjunta, ambos líderes se fundieron en un simbólico abrazo y cogidos de la mano las levantaron en señal de victoria. Una declaración de intenciones encaminada a rebajar la tensión militar que han vivido las dos Coreas durante los últimos años por los ensayos nucleares y de misiles del régimen norcoreano. «El Sur y el Norte acordaron conseguir la reducción gradual de sus armas cuando sus tensiones militares hayan sido eliminadas y la confianza prácticamente establecida», reza el comunicado.
El texto no entra en detalles sobre la desnuclearización aunque, conscientes de las dificultades, ambos líderes puntualizaron que se hará de forma «gradual». Con este resultado esta cumbre servirá para allanar el camino a la trascendental reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un, prevista para dentro de un mes. Será en ese encuentro en el que deberían concretarse las medidas a tomar sobre el programa nuclear de Corea del Norte, sobre si se levantan parcialmente las sanciones o si se da luz verde al acuerdo de paz que sustituya al armisticio.
Entre los aspectos inmediatos, acordaron retomar las reuniones de las familias divididas por la guerra el próximo 15 de agosto, coincidiendo con el Día de la Liberación de la ocupación japonesa. También se comprometieron a impulsar la conexión ferroviaria entre las dos Coreas, que lleva pendiente desde hace más de una década, y Kim invitó a Moon a visitar Piongyang en otoño. Para lo que no hubo lugar en esta cumbre es para mejorar la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, donde se calcula que decenas de miles de presos políticos son explotados y torturados en campos de trabajo.
Trump: «¡La guerra va a terminar!»
Donald Trump aplaudió ayer el «histórico» encuentro entre Kim Jong-un y Moon Jae-in. «¡La guerra de Corea va a terminar!, escribió en Twitter. En declaraciones a la prensa, reconoció que la situación con Corea del Norte ha cambiado «radicalmente» en pocos meses «desde los intercambios de insultos», antes de desear que su reunión con Kim, para cuya celebración hay «dos países posibles», sea «productiva». El secretario general de la ONU, António Guterres, aplaudió los compromisos logrados en la «cumbre realmente histórica» y la jefe de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, resaltó la «victoria de la diplomacia». También el Gobierno alemán calificó de «importante y valiente paso» dado por los líderes coreanos, coincidiendo con un sondeo en que el 48 % de los alemanes considera a Trump más peligroso para la paz mundial que a Kim.