El muro diplomático que se derribó entre EE.UU. e Irán en el 2015 vuelve a levantarse tras la decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear. Aunque el presidente Hasán Rohaní mostró su intención de mantener su compromiso con el apoyo de Francia, Alemania y Reino Unido, quien tiene la última palabra es Alí Jamenéi. El líder supremo declaró ayer que «los responsables del país están ante un gran examen, a ver si conservan la dignidad del pueblo o no. Se dice que vamos a continuar con tres países europeos. No me fío».
Al tiempo llamó «mentiroso» a Trump y denunció que «ahora menciona nuestra presencia en la región y nuestros misiles. En caso de que también aceptemos ahora esto, pronto empezará a crear problemas con otro asunto». La medida unilateral de la Casa Blanca ha acabado con cualquier atisbo de confianza entre las partes y por eso Jamenéi pidió a su equipo negociador que a partir de ahora «si quieren hacer un acuerdo tomen una garantía sólida, si no, ellos harán lo mismo que EE.UU,». Jamenéi también tubo tiempo de referirse a los planes de cambio de régimen que maneja el nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, ante lo que aseguró que «el pueblo iraní siempre ha resistido» y después de que Trump muera «el sistema de la república islámica continuará en pie».
La decisión estadounidense se produce en un momento en el que, según del Organismo para la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), «los compromisos nucleares están siendo implementados por Irán», que está sujeto «al régimen de verificación más robusto del mundo», señaló su director, el japonés Yukiya Amano. Esos datos d no son suficientes para un Trump que, guiado por Israel y Arabia Saudí, piensa que Irán tiene un programa secreto para lograr la bomba atómica.
El Parlamento de Teherán también quiso mandar un mensaje directo a Trump y varios diputados quemaron una bandera estadounidense de papel y una copia del acuerdo nuclear, al grito del clásico «muerte a Estados Unidos». El sector ultraconservador es el gran beneficiado de esta nueva situación, que pone ante las cuerdas a un Rohaní que colocó el pacto nuclear y el levantamiento de las sanciones en el programa que le hizo ganar las presidenciales. Ahora los más radicales le ven culpable de la actual crisis por «confiar en EE.UU.» El líder de la Guardia Revolucionaria, Mohamad Alí Jafari, declaró que «queda absolutamente claro que los norteamericanos son unos matones», en los que no se puede confiar.