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Las preguntas sin respuesta del acuerdo firmado entre Trump y Kim

DPA / AFP

INTERNACIONAL

KEVIN LIM | AFP

Los expertos valoran el encuentro como todo un hito pero matizan que al texto firmado le falta contenido real y concretar muchas de las medidas anunciadas

12 jun 2018 . Actualizado a las 17:28 h.

El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró eufórico con el acuerdo firmado con el líder norcorano, Kim Jong-un, durante la histórica cumbre celebrada en Singapur. Se trata, dijo, de un documento «muy amplio» que inicia el proceso de desnuclearización de Pyongyang a cambio de garantías de seguridad de Washington.

Sin embargo, el escepticismo impera entre los analistas que alegan que a los amplios compromisos les falta contenido real y que el texto deja una larga lista de preguntas sin responder, empezando por la más básica de todas: ¿Cómo definen las partes la desnuclearización y cuáles son exactamente las garantías de seguridad que Washington acaba de prometer?

«En general se trata de un acuerdo muy vago con apenas especificaciones sobre la forma de lograr grandes objetivos», señala Hoo Chiev-ping, profesor de estudios estratégicos y relaciones internacionales en la Universidad Nacional de Malasia.

«No revela mucho en términos de compromiso sustancial entre las dos partes», cree también Sarah Teo, investigadora de la Universidad de Estudios Internacionales Rajaratnam de Singapur.

Uno de los únicos puntos tangibles del documento de cuatro puntos fue la promesa de Pyongyang de recuperar los restos de prisioneros de la Guerra de Corea (1950-53) para entregárselos a sus familias surcoreanas, con la «repatriación inmediata de los ya identificados».

Pero los analistas rebajan la importancia de esa promesa. «Históricamente (la decisión de repatriar restos de prisioneros de guerra) ha sido la más fácil que Corea del Norte podía hacer a Estados Unidos para iniciar un diálogo para mejorar las relaciones», señala Jina Kim, del Instituto Coreano de Análisis de Defensa.

Hoo recuerda que la misma promesa fue ya realizada en la administración de Georg HW Bush, pero después frenada durante la primera crisis nuclear en los años 90.

Igual de importante que lo que el acuerdo menciona es también lo que calla: ninguna alusión a la desnuclearización «verificable» o «irreversible» que Estados Unidos venía días exigiendo sin parar, pese a que Trump insiste en su necesidad antes de relajar o levantar cualquier sanción o diplomática.

Otra de las grandes preguntas versa sobre las medidas punitivas con las que se castigará a Pyongyang si no cumple con los términos del acuerdo una vez se detallen en futuros encuentros.

JONATHAN ERNST | Reuters

En el pasado Corea del Norte ya incumplió acuerdos como el Tratado de No Proliferación de 2003 o el alcanzado durante las conversaciones a seis bandas -las dos Coreas, Rusia, China, Japón y Estados Unidos- en 2009.

Sin embargo, Trump pareció confiar en la palabra de Pyongyang, como repitió durante la rueda de prensa, insistiendo en que sentía que Kim cumpliría con las condiciones del acuerdo.

Los expertos señalan que Trump podría haber abandonado Singapur con menos pompa, sobre todo porque se mostró dispuesto a cesar los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur y posiblemente en una fecha posterior, incluso a retirar las tropas estacionadas en el vecino del sur, a cambio de las promesas de Kim.

«Trump declaró que el fin de los 'juegos de guerra' podría implementarse de inmediato», señala Bhubindar Singh, coordinador del programa de arquitectura de seguridad regional de la Universidad de Estudios Internacionales de Rajaratnam. «Sin embargo, la desnuclearización es un proceso a largo plazo».

No obstante, pese a toda incertidumbre prevalece el optimismo. Algunos expertos insisten en que sólo el hecho de que la cumbre se haya celebrado es ya un signo positivo, sin olvidar que deja la puerta abierta a futuras negociaciones.

«El mero hecho de que esta cumbre se haya celebrado es un éxito en sí mismo», señala Teo.

Además, el desmantelamiento de Pyongyang de su complejo de ensayos nucleares en Punggye-ri antes de las negociaciones es un signo alentador de que Corea del Norte está esforzándose por que el acuerdo salga adelante.

«Creo que la siguiente fase de las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte será crucial para precisar los detalles de contenido», afirma Hoo. «Ahora veremos más anuncios de pasos recíprocos por las dos partes».

La vida en Corea del Norte, una «cárcel a cielo abierto»

Pese a la ofensiva diplomática sin precedentes de su lider, Kim Jong-un. los defensores de los derechos humanos recuerdan que Corea del Norte sigue siendo «una cárcel a cielo abierto».

Kim, acostumbrado a ser tachado de dictador, recibió en esta ocasión los elogios de Donald Trump, que lo describió como un hombre que «quiere lo que es justo», y los gritos de «te queremos» de los transeúntes. El líder norcoreano se esforzó al máximo por parecer simpático, accediendo incluso a un selfi con el ministro de Relaciones Exteriores de Singapur Vivian Balakrishnan.

«Algunos dicen que Kim es 'encantador' o 'más simpático de lo esperado', pero no deberían dejarse engañar por la sonrisa de Kim en este show político», declaró el martes a AFP Choi Jung-Hun, un tránsfuga norcoreano que reside en Seúl.

«Tenía realmente la esperanza de que Trump tratara el tema de los derechos humanos en su reunión con Kim», dijo, refiriéndose a los «pobres norcoreanos que se pudren en la cárcel».

Donald Trump asegura haber hablado de los derechos humanos con Kim Jong Un. Pero ignoró la pregunta de un periodista sobre Otto Wambier, un estudiante estadounidense muerto tras haber pasado más de un año detenido en Corea del Norte.

Antes de la cumbre del martes, más de 300 organizaciones, como Human Rights Watch instaron a Corea del Norte a avanzar en los temas de los derechos humanos.

En su último informe anual sobre los derechos humanos en el mundo, el departamento de Estado estadounidense acusó en abril a Corea del Norte de una serie de acciones aprobadas por el gobierno, desde homicidios extrajudiciales hasta torturas, pasando por la represión de disidentes y secuestros en el extranjero.

Kim Jong Un es acusado de estar detrás de la ejecución de su propio tío Jang Song-Thaek en 2012 por «traición» y del asesinato de su hermanastro Kim Jong Nam, en un aeropuerto de Malasia en 2017.

«Kim Jong Un está ganando una estatura internacional de hombre de Estado, pero sus esfuerzos serán vanos si sigue presidiendo un país que es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo», reaccionó Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch.

HRW recuerda que algunas sanciones impuestas a Corea del Norte se deben a sus violaciones de los derechos humanos y no sólo a su programa nuclear.

«Sería muy decepcionante que la situación catastrófica de los derechos humanos en Corea del Norte se oculte completamente en pleno deshielo de las relaciones diplomáticas», advirtió Amnistía Internacional, que denuncia «una casi total negación de los derechos humanos» en Corea del Norte.