Austria abandera una alianza con los ministros del Interior de Italia y Alemania que preconiza una política de mano dura
14 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El canciller federal austríaco, Sebastian Kurz, anunció ayer en Berlín la creación de un «eje de voluntarios» formado por los titulares de Interior de su país, Italia y Alemania para la lucha contra la migración ilegal y la llegada descontrolada de refugiados a Europa. Un tripartito cuyo nombre recuerda inevitablemente al pasado nazi y fascista de las tres naciones.
La alianza estará constituido por políticos sumamente polémicos como Matteo Salvini, presidente de la xenófoba Liga italiana; Herbert Kickl, del ultranacionalista Partido Liberal Austríaco (FPOE), fundado en la posguerra por oficiales de las SS, y el alemán Horst Seehofer, líder de la CSU bávara, que preconiza una política de mano dura y fronteras cerradas para evitar que más fugitivos del Tercer Mundo, ya sean refugiados de guerra o gente que huye de la miseria en sus países puedan beneficiarse del Estado de bienestar de la UE.
«Lo llevaremos adelante juntos», afirmó Seehofer en la rueda de prensa con Kurz, quien celebró que la ruta de los Balcanes se «cerrara con éxito» en 2016, pero advirtió de los nuevos desarrollos en la llamada ruta albanesa. «Es importante no esperar a que se produzca la catástrofe y reaccionar a tiempo», afirmó el joven jefe de Gobierno de la república alpina, que aseguró trabajar estrechamente con el Ejecutivo de Tirana en la lucha contra la inmigración ilegal en la frontera albanesa.
«En interés propio debe haber un control más fuerte antes de que las cifras aumenten», dijo Kurz. Sin embargo, no hizo mención de los planes de Viena y un reducido grupo de socios europeos para crear y financiar centros de acogida de refugiados en países que no sean miembros de la UE, entre los que podría encontrarse la propia Albania. Los planes son todavía «muy confidenciales», había declarado Kurz anteriormente en una entrevista con la televisión pública ORF. «Existen esfuerzos para crear centros de acogida fuera de Europa donde se pueda alojar a los refugiados, ofrecerles protección, pero a la vez nada de una vida mejor en Centroeuropa», había dicho.
Kurz subrayó que el eje que formarán Viena, Berlín y Roma es «absolutamente oportuno» para contribuir a continuar reduciendo la inmigración ilegal a Europa. Comentó que existe un «amplio grupo de países» que exige «garantizar que seamos nosotros en Europa quien decide quién viene y no los traficantes de personas», en referencia a otros Estados de políticas severas en materia de migración como los del llamado Grupo de Visegrado, formado por Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia.
El titular germano de Interior, por su parte, destacó la coincidencia de los planteamientos de Kurz con su plan maestro para hacer frente a la migración, cuya presentación suspendió este lunes ante el rechazo del mismo por parte de la canciller Angela Merkel, quien reclama una respuesta europea al problema de los refugiados. La mandataria descarta actuaciones unilaterales y no consensuadas por parte de los miembros de la UE.
Seehofer ha sumado con Kurz un importante aliado en su enfrentamiento con Merkel por la definición y control de la política de refugiados y migración en Alemania. Para los observadores políticos el encuentro entre ambos en Berlín supone una afrenta para la jefa del Gobierno germano, que a la vez inauguraba una cumbre nacional sobre integración a la que el líder bávaro decidió no acudir. Es la primera vez que un ministro del Interior germano no participa en la cita obligada, toda vez que su oficina juega un papel relevante en esa cuestión. Medios como el ‘Frankfurter Allgemeine’ señalaban ayer en su edición digital que la grieta entre Merkel y Seehofer se convirtió ayer en «la fosa de las Marianas». Pese a todo, el presidente de la CSU -formación hermanada con la CDU de la canciller y socia de la gran coalición gubernamental- expresó su deseo de resolver sus diferencias con la mandataria hasta mañana. No obstante, la líder conservadora alemana ha insistido en que no asumirá compromiso alguno hasta que la UE aborde el espinoso tema de los refugiados y la migración ilegal en su cumbre a finales de mes en Bruselas.
El primer ministro holandés afirma que «más y más Europa» no es la respuesta
«Menos es más. Más y más Europa no es la respuesta a los muchos problemas a los que se enfrenta la gente en sus vidas diarias», afirmó ayer el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, durante el debate con el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) sobre el futuro del proyecto europeo. «Para algunos, una Unión cada vez más cercana es todavía un objetivo en sí mismo. Yo no lo creo. Unidad y una Unión más cercana no son lo mismo. No consigues la unidad simplemente haciendo más en más áreas. La consigues haciendo las cosas realmente bien en unas pocas áreas importantes», explicó.
Rutte, que reconoció que «no es fácil» desbloquear en el Consejo las políticas de inmigración y refugiados «por las diferencias entre los países del norte y el sur» y las reticencias de las naciones del este, defendió que los estados miembros deben trabajar para conseguir una «UE más perfecta» que proteja el modo de vida europeo y obtenga «resultados prácticos».
«La UE necesita prometer menos y cumplir más», aseguró. «Voy a ser claro: el debate sobre el futuro de la UE no debe ser sobre más o menos Europa, sino sobre dónde la UE puede añadir valor», afirmó.
La mayoría de los grupos le preguntaron si Holanda contribuirá a desbloquear el acuerdo de nuevas normas más garantistas de asilo en la próxima cumbre europea de final de mes, un asunto sobre el que dijo no sentirse «muy optimista». «Esperamos que se debata en la próxima cumbre. Pero no será fácil llegar a acuerdos por las diferencias norte y sur y también reticencias desde el este», reconoció.
Entre los reticentes
La cumbre del 28 y 29 de junio en Bruselas se celebrará en el plazo límite para lograr una acuerdo de principios sobre la reforma del nuevo reglamento de Dublín, que regula qué país es el competente para decidir sobre una solicitud de asilo si el demandante ha pasado por más de un Estado miembro. Holanda está entre los países más reticentes a las políticas de inmigración y asilo, aunque fuentes parlamentarias señalaron que Italia y los países del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia) son los que están realmente dificultando la reforma por la que abogan entre otros la Eurocámara.