La violencia de su guardaespaldas desata una tormenta sobre Macron

fernando iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

PHILIPPE WOJAZER

La oposición pide una comisión y la Fiscalía abre investigación

20 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El escándalo de su violento agente de seguridad ha elevado a cotas máximas la presión política sobre Emmanuel Macron. Un vídeo en el que el empleado de confianza del presidente francés, con casco de policía y rodeado de agentes antidisturbios, golpea en el suelo a un manifestante el 1 de mayo en París ha desatado una fenomenal tormenta sobre el inquilino del Elíseo. La oposición de izquierda y de derecha exige una comisión parlamentaria para esclarecer un episodio hasta ahora mantenido en secreto y sobre el que la Fiscalía ha abierto una investigación preliminar mientras los sindicatos policiales se querellan por intrusismo profesional.

Los hechos se produjeron en la plaza de La Contrescarpe, en el barrio latino, y las imágenes habían circulado por las redes sociales sin que se conociese la identidad del agresor hasta ser desvelada por Le Monde. Se trata de Alexandre Benalla, adjunto al jefe del gabinete del presidente de cuya campaña fue responsable de seguridad y de quien suele ejercer como guardaespaldas. En la filmación se le ve arrastrar por el cuello y arremeter a golpes contra un joven que participaba en una sentada de protesta convocada por organizaciones estudiantiles y partidos de izquierda radical. En otras grabaciones porta un brazalete de policía además del casco con visera, por lo que se creía que era miembro de las fuerzas del orden.

Un portavoz del Elíseo explicó que Benalla fue autorizado a participar a título de observador en el dispositivo de seguridad desplegado en la capital el primero de mayo. Añadió que fue suspendido quince días de empleo y sueldo por «comportamiento manifiestamente inapropiado y atentatorio a la ejemplaridad esperada de los agentes de la presidencia de la República». De regreso a su despacho tras cumplir la sanción, se encargó de la seguridad del recibimiento a la selección de fútbol.

Extraña que la jefatura del Estado no pusiera el asunto en conocimiento de las autoridades judiciales por su cariz manifiestamente delictivo. De hecho, nada más estallar el escándalo, la Fiscalía de París ordenó la apertura de una investigación por los presuntos delitos de violencia por persona encargada de una misión de servicio público y usurpación de funciones. Los cargos están penados con prisión, lejos de la mera suspensión de dos semanas y apercibimiento de despido con que fue castigado.

También sorprende el perfil agresivo del personaje al que Macron confió su seguridad. Antiguo militante socialista, formó parte del servicio de orden de líderes del partido como Martine Aubry y François Hollande sin dudar en mantener violentos altercados con periodistas y manifestantes. El exministro Arnaud Montebourg contó que le duró una semana como chófer porque «provocó un accidente de tráfico en mi presencia y quería darse a la fuga». En 2016 creó una federación de seguridad privada junto a Vincent Crase, gendarme en la reserva que también aparece en la filmación. El Elíseo aseguró ayer que cortó la colaboración con este militar, empleado de La República en Marcha.