Más de medio millón de personas exigen un segundo referendo sobre el «brexit»
21 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Una enorme manifestación en demanda de un nuevo referendo sobre la relación del Reino Unido con la Unión Europea recorrió este sábado Londres en la mayor muestra de rechazo a la dirección de la política británica desde la consulta que, en el 2006, decidió el brexit por una mayoría de cuatro puntos (52 % contra 48 %). Ningún líder de los dos grandes partidos acudió a la marcha.
Los organizadores -una confederación de grupos proUE- estimaban que el número de asistentes había sobrepasado la cifra de 600.000. Si se aproxima a la realidad, sería la mayor manifestación en el Reino Unido desde la que protestó contra la invasión de Irak en el 2003. La Policía de Londres no ofreció una cifra. Una hora antes del inicio, miles de personas se habían congregado en los alrededores de Park Lane, junto a Hyde Park, en un día soleado. Partidarios del segundo voto habían viajado en autobús desde otros lugares del país. La aglomeración era de tal tamaño que la cabeza de la marcha, una hilera de jóvenes, no podía avanzar. La marcha quedó congelada en Whitehall porque no había ya espacio en la plaza frente al Parlamento, donde líderes políticos y sociales se dirigieron a los congregados.
Delia Smith, popular presentadora de televisión, afirmó que la deriva de la política británica es «el asunto más importante de nuestras vidas». Otras personalidades de la televisión o las artes, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y líderes políticos de los pequeños partidos se sucedieron en el turno de palabra.
Ni el liderazgo conservador ni el laborista estuvieron presentes en la manifestación, convocada por People’s Vote, donde políticos disidentes con la dirección de sus partidos, como Anna Soubry o Chuka Umunna, actúan como representantes públicos. Theresa May se opone tajantemente a la segunda consulta y Jeremy Corbyn da prioridad a forzar unas nuevas elecciones.
Una «metedura de pata»
El asturiano Mauro Castillo trabaja para una editora holandesa de contenidos científicos y ha visto «una fuga de valores y de riqueza» en el equipo que dirige, de unas treinta personas, en su gran mayoría de países europeos, «porque los que se van son realmente los mejores». Su mujer, psicóloga en el Servicio Público de Salud, apuntaba: «Y las próximas generaciones han perdido mucho, no van a poder disfrutar de los programas Erasmus y de otros intercambios». Sobre la manifestación, ella quiere que «al menos tengan en cuenta estas voces en la negociación». Él es pesimista sobre la segunda consulta: «Está hecho, pero es una metedura de pata y estar aquí es simbólico, la expresión del derecho al pataleo». Llevan en Londres doce años.
Castillo cree que «el principio del brexit será un infierno y en el largo plazo las aguas volverán a su cauce». Y añadía: «La UE tiene muchas flaquezas, dio la espalda a la gente en la crisis y se puso del lado del fuerte, del rico, del banquero, pero la decisión de David Cameron de convocar el referendo en ese momento... Si le preguntas a la gente si está contenta, lo normal es que te conteste que no».
Unos metros más allá, Tania Spooner, que escribe y trabaja en el teatro, se siente «absolutamente molesta con que este país haya tomado la decisión de separarse de Europa». Su hija, Molly Moody, 25, actriz: «Creo que el referendo se celebró antes de que nadie entendiera qué ocurriría en las negociaciones».