Los laboristas juzgan «muerto» el acuerdo de May tras los nulos resultados de su negociación con los socios europeos
15 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La semana más complicada para la primera ministra, Theresa May, no ha terminado aún. El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, descalificó en su cuenta de Twitter la negociación buscada por la primera ministra en Bruselas. En su opinión, el acuerdo del brexit está «muerto» y llamó a que los Comunes lo voten la semana que viene con el fin de «devolver el control al Parlamento».
Desde que May decidió suspender la esperada votación en Westminster los contratiempos no han parado para la líder conservadora. «La primera ministra ha fracasado totalmente en su intento de conseguir cambios en su acuerdo», destacó Corbyn, quien instó a May a «dejar de hacer correr el reloj» y a celebrar la votación en el Parlamento antes del parón navideño.
Lo cierto es, sin embargo, que la agenda con la actividad parlamentaria de la última semana antes de las fiestas no incluye la votación. Muchos creen que May simplemente hará oídos sordos a las peticiones llegadas desde las filas laboristas como, por ejemplo, el portavoz del brexit, Keir Starmer, quien cree que esta situación «no puede continuar».
La estrategia de Corbyn pasa porque la votación se produzca cuanto antes ya que tiene la confianza en que la falta de concesiones por parte de Bruselas hará que la primera ministra finalmente la pierda. Un momento que aprovecharía para presentar una moción de censura, que en su opinión, terminaría en elecciones generales.
Nueva votación
Pero no todos los laboristas comparten esta idea. Sin ir más lejos, Tony Blair, primer ministro entre 1997 y 2007, apuesta por la celebración de un segundo referendo para romper lo que define como un callejón político sin salida. Blair está convencido de que pronto habrá una mayoría en el Parlamento que apoye una nueva votación. Según argumentó, hay que dar a los británicos la oportunidad de decidirse por lo que realmente quieren ahora que la gente entiende mejor lo que está en juego, incluido el «cierre» del país. «Lo que hace unos meses parecía poco probable, diría que ahora tiene un 50 % de probabilidades. En última instancia, esto podría incluso tener sentido para la primera ministra, que podría decir legítimamente: ‘lo hice lo mejor que pude’», añadió.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, también exigió a May que someta el documento a votación cuanto antes para poner fin a «esta pretensión» y una vez que «lo ha intentado, pero, como se esperaba, la UE no está abierta a la renegociación». La líder escocesa, opuesta a la salida del bloque común, defiende la celebración de un nuevo referendo argumentando que Escocia votó mayoritariamente (un 62 %) en contra de la salida. «Cualquier otra cosa ahora es solo una pérdida de tiempo», lamentó.
La división es tal que hasta el socio de Gobierno de May la critica abiertamente. Los unionistas norirlandeses son tajantes y piden a May que «plante cara» a la UE para lograr un mejor acuerdo. Un planteamiento que también apoya el sector más euroescéptico conservador.