Su nuevo plan del «brexit» prevé una unión aduanera temporal
22 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La primera ministra británica, Theresa May, sorprendió ayer a los diputados con una promesa envenenada dentro de su «nuevo plan» para lograr que aprueben su acuerdo del brexit: si dan luz verde al texto el 3 de junio, más tarde podrán celebrar un segundo referendo o decidir si seguir en la unión aduanera temporal.
En medio de especulaciones que apuntan a que su proyecto de ley de retirada será derrotado por amplio margen y serias disputas en su gabinete, la primera ministra usó un discurso apresurado para advertir de una seria interrupción política si no se hace realidad el brexit.
En opinión de la premier, de seguir en un punto muerto durante más meses, «se arriesga a abrir la puerta a un futuro de pesadilla política polarizada permanentemente», aseguró ayer, al presentar lo que denominó «una oferta de 10 puntos para todos» en el Parlamento con el fin de que se apruebe el proyecto de ley.
Para May, los diputados que quieren un segundo referendo para confirmar el acuerdo necesitan primero ratificar el proyecto de ley sobre el brexit para que esto suceda. Otras disposiciones incluyen leyes para garantizar los derechos de los trabajadores y garantizar que las protecciones ambientales sigan siendo tan fuertes en el Reino Unido como ahora dentro del bloque común, unas ideas con las que hace un guiño para lograr el respaldo de los diputados laboristas.
Investigación a Farage
May acaparó la atención con estas declaraciones en una jornada que había estado protagonizada por la investigación del Parlamento Europeo al Partido del Brexit de Nigel Farage para verificar de dónde llega el dinero de su campaña y los gastos financiados por el activista a favor de la campaña de Leave Arron Banks.
El comité asesor, formado por cinco eurodiputados que actúan como guardianes del código de conducta de la Cámara, serán los encargados de comprobar la financiación recibida por Farage. Se calcula que logró de Banks unas 450.000 libras (unos 513.200 euros) para financiar la campaña europea y que no las llegó a declarar porque alega que estaba a punto de dejar la política e iniciar una nueva vida en EE.UU.
A Farage, euroescéptico y favorito en las elecciones que se celebran en suelo británico este jueves tras el retraso del brexit al 31 de octubre, le lanzaron un batido de vainilla mientras hacía campaña en Newscastle. «Por desgracia, algunos favorables a seguir en la UE se han radicalizado, hasta el punto de que hacer campaña con normalidad se ha vuelto imposible», protestó Farage tras el incidente.