Impone sanciones a tres ministros de Erdogan, recupera los aranceles al acero turco y cierra las puertas a un posible acuerdo comercial entre ambos países
15 oct 2019 . Actualizado a las 20:17 h.La retórica es la habitual, pero la acción parece llegar tarde. El presidente de Estados Unidos ha dado el primer paso para «destruir rápidamente la economía turca» y la noche del lunes anunció las primeras sanciones contra Ankara, aunque para muchos llegan a destiempo, se quedan cortas e incluso son contradictorias, dado que fue Donald Trump quien dio luz verde a la ofensiva turca en su conversación telefónica del 6 de octubre con Recep Tayyip Erdogan.
La Casa Blanca ha tardado una semana en reaccionar a la invasión turca del norte de Siria y a las desastrosas consecuencias de la salida de sus tropas, que abandonaron a su suerte a los aliados kurdos. Socios a los que hace tan solo un año Trump alababa por haber sacrificado «decenas de miles» de vidas en su lucha contra Estado Islámico y a quienes ahora le parece «bien» dejar en manos de «Rusia, China o Napoleón Bonaparte».
Son las consecuencias de una promesa de campaña -sacar a su país de las «interminables guerras» en Oriente Medio- ejecutada de forma precipitada y contra los consejos del Pentágono. El comunicado del presidente nada dice, sin embargo, de su retorno a EE.UU. Solo que las tropas «serán reubicadas y permanecerán en la región para controlar la situación».
El Departamento del Tesoro especificó que las sanciones afectan a tres ministros turcos, no así a Erdogan, e incluyen también la recuperación de los aranceles del 50 % a la importación de acero de Turquía y la suspensión de las negociaciones sobre un nuevo tratado comercial. Sanciones ampliables, según Trump, a todos aquellos que «se vean involucrados en graves abusos de los derechos humanos, obstrucción de un alto el fuego, prevención de la vuelta a casa de personas desplazadas, repatriación forzosa de refugiados o amenazas a la paz, la seguridad y la estabilidad de Siria».
Aunque Trump no aclara qué exige a Turquía para suspender las sanciones, el secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtió que, para evitar la imposición de otras, Ankara está obligada «al cese inmediato de su ofensiva unilateral» y a regresar al diálogo con Estados Unidos. Nada dice, sin embargo, de una retirada del territorio kurdo. El vicepresidente Mike Pence viajará a Ankara en las próximas 24 horas para negociar con el Gobierno turco un alto el fuego.
Acuerdo bipartidista
El Congreso volvió a reiterar de forma bipartidista y prácticamente unánime su rechazo a la decisión de retirar las tropas y anunció la intención de ir más allá que la Casa Blanca con un paquete de sanciones más severo.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y el senador republicano, Lindsey Graham, uno de los más fieles trumpistas del Capitolio, acordaron pactar una resolución conjunta de ambas cámaras para anular la decisión de Trump.