Se eleva a once el número de muertos en la ola de protestas en Chile

Héctor Estepa
Héctor Estepa LA PAZ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Alberto Valdés | EFE

El presidente Piñera ha declarado el estado de «guerra» en el país, donde el estallido social continúa

22 oct 2019 . Actualizado a las 08:47 h.

Las tranquilas aguas de Chile se secaron. Sebastián Piñera, presidente del Estado sudamericano, había calificado recientemente a su país como «oasis de estabilidad», debido a la ausencia de protestas. Pero el espejismo se rompió abruptamente el jueves, cuando la subida de los precios del metro en la capital desató un estallido social, inédito desde la dictadura de Augusto Pinochet, que ya deja al menos once muertos.

«Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite», denunció Piñera el domingo por la noche. El presidente decidió decretar el estado de emergencia en Santiago el viernes por la noche. La medida, que incluye militarización y la restricción de garantías constitucionales, fue después ampliada a otras regiones donde también hubo disturbios.

«No nos engañemos. Estamos enfrentando una verdadera escalada que sin duda es organizada para causar un grave daño a nuestro país y a la vida de cada uno de los ciudadanos», señaló, también, Andrés Chadwick, ministro de Interior. El Gobierno retiró la polémica alza del billete del metro este fin de semana, pero las protestas siguen.

Los manifestantes, que denuncian una fuerte represión, dicen que las movilizaciones son el resultado de un descontento acumulado durante mucho tiempo, por las desigualdades existentes en cuestión de salario y de acceso a la sanidad y la vivienda, y por el sistema de pensiones privado y las grandes deudas que un chileno tiene que afrontar para acceder a la educación superior.

Las protestas han dejado grandes destrozos, sobre todo en Santiago, donde ayer, el primer día laborable desde el inicio de las protestas, solo pudo ponerse en marcha una línea de las siete que tiene el metro capitalino, ante la quema de 78 de las 136 estaciones de la ciudad. En el centro los saqueos han sido constantes y en la capital sigue el toque de queda.