Alemania acusa a Rusia de «terrorismo de Estado»

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Changoschwili fue asesinado a tiros el 23 de agosto pasado en el parque berlinés del Tiergarten
Changoschwili fue asesinado a tiros el 23 de agosto pasado en el parque berlinés del Tiergarten Fabrizio Bensch | Reuters

El Gobierno federal tiene claro que servicios secretos de Moscú están directamente implicados en el asesinato de un georgiano en Berlín

04 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las relaciones entre Berlín y Moscú se ven abocadas a una nueva crisis que lleva dormida desde el verano. Al igual que la muerte del exiliado ruso Alexander Litvinenko, envenenado con polonio en Londres, o el intento de asesinato de Serguéi Skripal y su hija con el agente tóxico novitchok en Salisbury, que condujeron a graves tensiones entre los Gobiernos del Reino Unido y Rusia, la ejecución el pasado agosto en un parque berlinés a balazos del asilado político georgiano Selimcham Changoschwili se produjo al parecer por orden del Kremlin.

El Gobierno de Angela Merkel no tiene duda ya de que los servicios secretos rusos están directamente implicados en la muerte de Changoswili. Varios medios germanos revelaron este martes que el fiscal federal, Peter Frank, asumirá esta misma semana la investigación de esa muerte ante los cada vez más claros indicios de que se trata de un caso de terrorismo de Estado por parte de Rusia.

En el momento en el que eso suceda, Alemania se verá obligada a tomar represalias. Habitualmente y en un caso así con la expulsión de diplomáticos rusos. Cuando el doble agente Skripal fue envenenado con novitchok en el Reino Unido se produjo una reacción consensuada de 15 países europeos que expulsaron a más de una treintena de diplomáticos rusos.

Por prudencia y ante la falta hasta ahora de pruebas determinantes de que Moscú que se encontraba realmente detrás de la ejecución de Changoschwili, la cancillería federal y el Ministerio germano de Exteriores habían renunciado hasta ahora a asumir consecuencias diplomáticas. El propio fiscal federal Frank había declarado el pasado octubre que, mientras una participación de Rusia en el crimen se base «en presunciones, hipótesis o afirmaciones sin confirmar, nuestra legislación obliga a que sea la fiscalía local la que se encargue del caso». Una situación que parece haber cambiado.

Identidad falsa

Selimchan Changoschwili combatió con la guerrilla chechena contra Rusia y trabajó después en Georgia y Ucrania contra los intereses rusos. Asilado político en Alemania, fue asesinado el 23 de agosto pasado en el parque berlinés del Tiergarten de tres disparos cometidos por un ciclista. La primera bala derribó al georgiano. El asesino se apeó de su bicicleta y remató a su víctima en el suelo de dos disparos certeros en la cabeza. Seguidamente tiró el arma, la bicicleta y una peluca que llevaba puesta al río Spree. Dos adolescentes que observaron como el hombre se escondía tras un arbusto para cambiarse de ropa alertaron a una patrulla policial, que le detuvo de manera inmediata.

El presunto sicario se identificó como Vadim Sokolov, un ciudadano ruso de San Petersburgo que poco antes del atentado había llegado a Berlín vía París y Varsovia. Sokolov se encuentra desde entonces en prisión preventiva y mantiene un comportamiento ejemplar. Sin embargo, los investigadores alemanes han determinado que la verdadera identidad del presunto asesino es Vadim Krasikow, de 54 años, y que la documentación de Vadim Sokolov, de 49 años, es falsa.

Ese nombre no existe en el banco de datos de pasaportes rusos, ni en el registro de entradas o salidas de ese país, según reveló Spiegel Online. Vadim Sokolov solo aparece en el registro de documentos de identidad rusos con un número de seguridad social concedido poco antes del crimen y el pasaporte con ese nombre con el que se identificó el presunto asesino fue expedido también inmediatamente antes de viajar a Berlín. Solo los servicios secretos rusos tienen potestad para crear identidades nuevas y documentos a su nombre.